viernes, 18 de marzo de 2011

La muerte de Marta forma parte de uno de los momentos mas dolorosos de mi vida profesional. como compañero y Secretario de Redacción en Nuevo Diario. Su crimen no puede quedar impune, ni tampoco los encubridores

LOS TRABAJADORES DE PRENSA DEBEN MILITAR PARA LOGRAR LA REAPERTURA DE LA CAUSA POR EL ASESINATO DE MARTA ZAMARO Y NILDA URQUIA

La nueva Asociación de Prensa de Santa Fe, reafirmando su voluntad de comenzar a cambiar la historia de un gremio que precisamente no se preocupo demasiado en las ultimas décadas, ya no solo por las reivindicaciones laborales y la libertad y seguridad  de los trabajadores periodistas, convoco a sus afiliados al gran desafío para cumplir con una de las grandes asignaturas pendientes, como lo el juicio y castigo para los asesinos de quien fue no solo trabajadora de NUEVO DIARIO, sino también abogada de presos políticos del terrorismo de Estado junto a Nilda Urquia.
Me toca en este caso, como hombre que vivió a puro dolor esos días del 74,  hacer punta desde PENSAMIENTOS para que una oleada de voces y de voluntades aprueben la participación de la Asociación de Prensa como querellante en la reapertura de la causa por el asesinato de Marta y de Nilda.
LA MEMORIA, debe formar parte indisoluble de la historia. En este caso de la historia mas negra de los argentinos, aunque también hubo otra después del 55, que no fue menos oscura, y sobre la cual existen no pocas asignaturas pendientes.
Sin MEMORIA no se puede construir un país nuevo como el que estamos edificando los argentinos a pesar de los que quieren el olvido. Sin JUSTICIA Y CASTIGO PARA LOS CULPABLES tampoco, porque justamente son estos los eslabones que nos permitirán defender y consolidar estas libertad que hoy podemos disfrutar los argentinos
De mi parte, públicamente expreso mi voluntad de colaborar en todo aquello que pueda contribuir en esta decisión de la Asociación de Prensa, de participar en la reapertura de la causa ZAMARO – URQUIA, y me pongo a disposición para lo que sea necesario

DOCUMENTO Y CONVOCATORIA A ASAMBLEA DE AFILIADOS DE LA ASOCIACION DE PRENSA

La Comisión Directiva dispuso convocar a una asamblea de afiliados a los fines de que consideren la postura de que la entidad participe como querellante en la reapertura de la causa por el asesinato de Marta Zamaro y Nilda Urquia. La decisión fue tomada luego de varias reuniones con funcionarios de la Secretaria de Derechos Humanos, amigos y familiares de las victimas, como así también consultas legales
La asamblea está convocada para el próximo lunes 21 de marzo, a las 18.30, en la sede sindical de Amenábar 2655.
Las razones
Marta Zamaro era trabajadora y miembro de la Comisión Interna del matutino Nuevo Diario de la ciudad de Santa Fe y era defensora de presos políticos.
El secuestro, la tortura y muerte que padeció junto a Nilda Urquía en noviembre de 1974 quedaron impunes. Si se repasan las 214 fojas del expediente judicial desde que se inicia hasta que prescribe el año pasado y es girado al Archivo de la Memoria, se observan los nulos avances registrados en procura de hallar a los culpables de este crimen.
Sin embargo, todo lo que la justicia no hizo en aquella oportunidad, podría empezar a corregirse cuando comiencen a oírse los testimonios de sus compañeros, familiares y amigos.
La Asociación de Prensa de Santa Fe quiere ser parte activa en este proceso que contribuirá a revelar la verdad del que, probablemente, sea el primer crimen cometido por el Comando Anticomunista del Litoral (CAL), versión santafesina de la banda terrorista Triple A,  en el marco del plan sistemático de exterminio que luego continuaría la dictadura militar.
En el asesinato de Marta Zamaro y su encubrimiento, se tejen además complicidades políticas y civiles que es hora de hacer visibles. Luego de los crímenes, el CAL se atribuyó un atentado contra el edificio de Nuevo Diario y las amenazas a trabajadores y trabajadoras se hicieron moneda corriente. Muchos valiosos trabajadores de prensa abandonaron la ciudad y el periodismo, corridos por el terrorismo.
Con esta decisión, la Comisión Directiva de la APSF reafirma su compromiso con la memoria y la justicia frente a la proximidad de un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976

UN LLUVIOSO CARNAVAL DE FEBRERO DEL 47, Y LA ÑATA SOBRE EL VIDRIO

(No apto para nostálgicos, si para gente alegre)
No me acuerdo que domingo fue de febrero. Si que desde las primeras horas de la mañana me la pase con la ñata sobre el vidrio de una de las ventanas de mi casa en Avenida Freyre al 3200, casi pegada a lo que seria el bar de Rivadavia Juniors. Tenia ocho años, y por supuesto, pantalones cortos.

Se acercaba el medio día y la vieja avenida de añosa arboleda,  aparecía tapada por el diluvio que caía sin descanso..

Por horas estuve mirando al cielo mas negro que nunca. Los dos brazos apòyados, a punto de pegarle un puñetazo al vidrio ante a la impotencia de ese vendaval de lluvia y viento que apenas dejaba ver las vías del viejo tranvía “3” que lentamente y casi vacío recorría el medio de la avenida.

Mientras mi vieja luchaba con los tallarines del domingo, al mismo tiempo trataba de consolarme y convencerme que contra la lluvia y el tiempo no se podía hacer nada. Sin embargo a mi lo único que me importaba era que ese día, el primero de los tres de Carnaval, el temporal impiadoso amenazaba con destrozar sueños,  ilusiones y preparativos para lo que era la fiesta esperada

La fiesta donde  podíamos estar todos, Chicos, grandes. La familia entera y sin diferencias sociales. .

La única diferencia la marcaba el pomo de plomo con agua florida que no estaba al alcance de todos, pero que de todas maneras era reemplazado por las bombitas, e incluso el balde de agua. ya sobre el epilogo de la noche, cuando se desataba la furia entre chicos y chicas,  y los abuelos comenzaban a cargar sillas y sillones  que horas antes habían instalado a lo largo de todo el corso. El oficial. El que congregaba multitudes imposibles de contabilizar.

Durante la lluvia apenas si por el vidrio podía advertir los ramilletes de luces y guirnaldas que desde semanas atrás ya cubrían el trayecto de calle Junín, entre la Avenida Freyre y San Martín  .Ese año se había decidido no se porque motivo, hacer el corso por una calle angosta, y para colmo a media cuadra de mi casa.

1947. Días de alegría para un país que vivía la felicidad de un  tiempo nuevo y pleno de ilusiones. En mi caso pensando cuando me pondría “los largos”, sabiendo que no era fácil lograr que los viejos se decidieran por sacarte “los cortos”. Era la única forma para terminar con “la cargada” de la barrita de amigos, sobre todo de aquellos que se paseaban con sus flamantes pantalones- . Maravillosa ingenuidad de una época que no retornara pero que vale la pena atesorar con alegria y cariño.
 .
Jamás se me borrara de mis retinas la tristeza de esa mañana lluviosa de carnaval,  que después, en las primeras horas de la tarde desapareció cuando las nubes parecieron compadecerse de mi angustia, y el sol fue lustrando la calle Junín.
 Por allí, a partir de las nueve de la noche comenzarían a sonar los parches de Los Hijos de Palito o la Murga de Patoruzu entre otras,  y la presencia lujosa de “Los Negros Santafesinos”,  una comparsa que hoy podría competir en cualquier corsodromo sin temor a desentonar con nadie. Su orquesta y su ritmo musical detenía la pulsaciones, sobre todo de los mayores.  

Volaban las flores.

Atrás de las murgas comenzaba el desfile de las princesas de distintos barrios y clubes sociales. Paradójicamente se utilizaban las carrozas  por esos años de las empresas fúnebres. En este caso totalmente transformadas y engalanadas como si salieran del cuento de Cenicienta. Volaban las flores desde las manos de las chicas dedicadas en esos primeros días a contabilizar apoyos para la elección de la reina. En el contorno saltaban, bailaban las mascaras sueltas.

Por supuesto,  no faltaba el hombre araña, la figura legendaria de Tarzán o Superman, pero sin dudas el que despertaba mas asombro y finalmente aplausos, era el hombre que solo envuelto a la usanza hindú,  luego de beber  material combustible,  lanzaba llamaradas de fuego por su boca.

Hoy recuerdo ese día, casi como si lo estaría viviendo ahora. Tal vez por este revivals que nos han acercado estos feriados para gozar esos “cuatro días locos de carnaval “,  que nos arrebato la dictadura 

Lo hago no con la nostalgia o la tristeza de lo que no volverá a ser como entonces porque también la gente es distinta. Si en cambio con la ternura y la felicidad que me dieron esos años y ese carnaval, Tal vez por otra parte,  porque hoy comienzo a percibir con la gente en la calle, bailando, cantando, escuchando a sus conjuntos y cantores en los festivales populares, que además de trabajar, luchar, participar, defender la libertad recuperada, también se puede vivir con alegría.

No hay que dejarla de lado. ..