sábado, 2 de abril de 2011

Busti le asesto un nuevo golpe al peronismo federal







Aunque pocos informaron sobre la decisión del ex gobernador entrerriano de no movilizar su estructura para la llamada “preinterna” de los peronistas federales, lo de Busti se suma al descalabro de quien ahora ha tenido que recurrir a la posibilidad de una alianza con la mas rancia derecha liberal de Mauricio Macri y el empresario mediático, Francisco de Narvaez para tratar de construir una alianza que también pretende incluir a Ricardo Alfonsín, junior y a Cleto Cobos.

A DUHALDE SE LE SIGUEN CAYENDO SOLDADOS.  AL BOCHORNO DE DAS NEVES Y SU ALEJAMIENTO, SE LE SUMO AHORA LA BORRATINA DE JORGE BUSTI AL NO PARTICIPAR DE LA PANTOMIMA QUE TIENE COMO SOLITARIOS CONTENDIENTES AL EX PRESIDENTE Y A RODRIGUEZ SAA

Los avatares de Duhalde, tienen también su correlato en Santa Fe, donde ya prácticamente ha elaborado su alianza con Macri al acordar un nombre para que la formula del cómico Del Sel tenga una “pata peronista”, y contar también con algunos dirigentes que al no lograr posicionarse entre las listas del PJ, no vacilaron en acompañar al Midachi.  , y ver de esa manera si pueden acceder a alguna banca legislativa aprovechando la confusión que provocara la Boleta Unica.

En realidad lo que sucede con algunos dirigentes peronistas en esta instancia,  tiene un tufillo parecido al neoperonismo que creció durante el exilio de Perón y la proscripción del peronismo. Frente a esta alternativa fueron naciendo alianzas o partidos que se aprovecharon de la coyuntura para dar nacimiento al llamado por esos años, “peronismo sin Peron”, donde se aglutinaban dirigentes de todos los colores y sectores. Hoy, por lo menos con este sector que patrocina Eduardo Duhalde, ocurre lo mismo.

En el caso de Jorge Busti, candidato a gobernador por afuera del PJ y referente del Peronismo Federal de no movilizar su estructura en la preinterna, que finalmente tendrá el domingo próximo como únicos contendientes a Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saa, asestó un nuevo golpe a las intenciones del ex caudillo de Lomas de Zamora de ungirse como referente nacional para aglutinar a una oposición cada vez más dispersa.

La determinación -aunque menos ruidosa que las disidencias públicas de Felipe Solá y la deserción de Mario Das Neves, tras el bochornoso resultado de las elecciones en Chubut- porque a la corporación mediática no le interesaba darla a conocer, es indicativa del estado de confusión que reina en las filas del PJ Federal.

"El que quiera votar, que vote. Ahora, nosotros como estructura, no nos hacemos cargo de este proceso electoral", disparó Busti, tras una reunión que encabezó y de la que participaron intendentes y legisladores del espacio que lo postula a la gobernación entrerriana.

En su entorno aclaran que “no pondrán obstáculos” a quienes quieran participar, pero recuerdan que ya “son muchos los dirigentes que alertaron sobre la necesidad de suspender la preinterna”. En realidad, los argumentos que esgrimen no distan mucho de los sostenidos, entre otros, por el propio Solá. “Los mayores referentes del espacio deben consensuar ideas y un camino unificado”, reclaman los operadores de Busti, al tiempo que lamentan que “la convocatoria de Duhalde se haya diluido” al punto de reducir a un mero ejercicio retórico la preinterna que, de no mediar una nueva deserción, enfrentará a Duhalde y Rodríguez Saa.

Frase de Nestor Kirchner que resume nuestro proceso historico

(De Néstor Kirchner a José Pablo Feinmann, extraída del libro “El Flaco”  y dedicada a progresistas y “peronistas disidentes”

UNA FRASE QUE RESUME NUESTRO PROCESO HISTORICO

“El poder en este país tiene una puntería con su odio, que no falla nunca.  Por eso conserva lo que tiene, y conquista lo que le hace falta. Sabe con quien aliarse porque sabe quienes son sus verdaderos enemigos…”

La sociedad y el periodismo bipolar

LA SOCIEDAD Y EL PERIODISMO BIPOLAR 

LANATA Y KIRSCHBAUM: DEL FEROZ ENFRENTAMIENTO A LA AMABLE RELACION QUE HOY LOS UNE CONTRA EL GOBIERNO EN DEFENSA DE CLARIN



Sorprendió esta semana la gentileza y amabilidad con que el editor general del diario Clarín Ricardo Kirschbaum y el periodista Jorge Lanata participaron de la misma conversación durante el programa “A dos voces” de TN. Sus actitudes y posturas no fueron de ninguna manera las mismas que hace tres años cuando se tiraron con artillería pesada desde sus respectivas columnas periodísticas en Clarín y Crítica de la Argentina respectivamente. Texto del portal “Diario Registrado”.

Fue cuando en abril de 2008 el diario Crítica dirigido por Lanata publicó una investigación sobre la “contaminación” que producía Papel Prensa, empresa cuyo paquete accionario mayoritario pertenece al Grupo de Nuble y Magnetto.

A través del archivo del portal Diario sobre Diarios de manera fácil y rápida se pueden rememorar las líneas que Kirschbaum escribió para replicar la investigación. Dijo que se trataba de “una feroz campaña contra este diario” desde dos vertientes: “una de inspiración oficial que alienta a todos sus voceros a atacar a Clarín. Y otra paraoficial, aunque se presente como independiente” en clara alusión al diario de Lanata.

Y además manifestó en dicha oportunidad: “Una jauría que se ha lanzado a tratar de morder algo del mercado que tiene Clarín. Son plagiarios de otros que, al menos, demostraron alguna originalidad”.

A los conceptos del editor que pueden considerarse bastante duros, Lanata le redobló la apuesta al día siguiente: “Lo gracioso es que Kirschbaum hable de periodismo independiente: según su currículum, publicado por la Fundación Konex, entró a Clarín en 1976 y hasta los ochenta fue redactor, jefe y secretario de la sección Política, además de columnista del área. Una lástima, ¿no? Los mejores años de su carrera avalando los negocios y los asesinatos de la dictadura. En la sección Política, para colmo. ¿Cuántos supuestos ‘enfrentamientos’ habrá publicado Kirschbaum? ¿Cuántos nombres habrá silenciado? Kirschbaum presenció el montaje de Papel Prensa, la acumulación de la deuda externa, la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para hablar sólo de hechos públicos y publicados. Todo ese tiempo diciendo solamente que sí. Da un poco de lástima, Kirschbaum”.

¿Qué habrá pasado en estos tres años para que Lanata y Kirschbaum se sienten en la misma mesa y públicamente no mencionen una palabra del tema? Y otra pregunta, ¿Qué pasó que Lanata no solo ya no habla de estos temas, sino que por el contrario sale en defensa del diario, incluso, escribiendo en sus páginas

El Flaco, relatos de un presidente que cambio la historia

El libro,  “El flaco”, con diálogos irreverentes,  muestran el perfil desconocido del hombre y el político que cambio la historia argentina. ,

LA HISTORIA POR ANTICIPADO. RELATOS INCREIBLES DE JOSE PABLO FEINMANN DE SUS CHARLAS EN OLIVOS Y LA ROSADA, CON NESTOR KIRCHNER

El. Diario Tiempo Argentino publico un tramo del CapituloVII de El Flaco” el ultimo libro, del autor de “Peronismo, Filosofía política de una persistencia argentina”. En este fragmento titulado “Voy a tener que hacer cosas que no te van a gustar”, se refleja la relación de admiración mutua y respeto de ambos vivida a través de innumerables charlas entre Olivos y La Rosada. En realidad, Feinmann con este libro se adelanta al trabajo de los historiadores en torno a un presidente que ha medida que transcurre el tiempo que nos separa de su muerte, agiganta su figura


 Fragmento del Capítulo VII: “Voy a tener que hacer cosas que no te van a gustar”.
  No recuerdo dónde fue. No fue en la sala de gabinete. Era un despacho. O el suyo o el de Alberto Fernández, que estaban pegados. Esta vez estaba por poco tiempo.
– ¿Podés ir armando un grupo de intelectuales?
Pensaba proponerle esa idea. Para mí era un alivio. Juntar cinco, seis tipos de la cultura, sólidos, piolas, y decirles que teníamos un Presidente que se interesaba por escuchar a los intelectuales.
–Claro.
–Qué hacemos con la deuda?
– ¿Qué deuda? No hay deuda. La deuda la tienen ellos con nosotros. Les dieron la guita a los militares. Con esa guita fabricaron metralletas, pistolas y picanas. Son cómplices. Tendríamos que pedir que los metieran presos por violación a los derechos humanos. Yo respondería así. Con algo fuerte, inesperado.
–Inesperado es. Fuerte también. Posible, no sé.
–Tengo más argumentos. Pero dijiste que estabas apurado. Largó una sonora risa.
–No, pará. Para escuchar a un loco siempre tengo tiempo.
–No es ninguna locura. Cuando asumió la dictadura de Videla, la “deuda” era de 7.800 millones de dólares. Cuando asumió Alfonsín llegaba a 43.600. En síntesis, el Fondo Monetario y los otros “organismos financieros internacionales” le entregaron a la Junta argentina la obscena suma  de 35.800 millones de dólares.  (Nota: La Junta Militar Argentina figura ya entre los genocidios del siglo XX. Nada menos que Primo Levi en Los hundidos y los salvados, la califica como “imitadora” de Auschwitz.) ¡A casi menos de 24 horas de instalada la Junta el Fondo ya le había dado un crédito stand by de 300 millones!
–Me estás diciendo cosas que sé. Decime lo que no sé. Qué proponés. Pero en serio, eh. Locuras no.
–Lo siento. Sólo tengo locuras para decirte. Si no querés ser un títere, si querés hacer historia, vas a tener que hacer muchas locuras.
–Mirá, andá, juntame cuatro o cinco intelectuales más. Porque con vos me voy a la mierda.
–Para, pará, dame un minuto más. Hay que hacer una detallada lista de todos aquellos que entregaron esos 35.800 millones de dólares para la masacre de un pueblo. Son cómplices de esa masacre. ¿No sabían a quiénes les prestaban esa guita? Hay que juzgarlos con el mismo rigor con que se juzga a los asesinos. O sea, no sólo por pagar esos 35.800 millones y sus podridos intereses, sino ir más allá, pasar a la ofensiva. Estamos empeñados en globalizar la Justicia. Es un signo de los tiempos. Así, desde la Argentina, un nuevo Presidente, el Presidente inesperado como te llaman, un Presidente que tiene pelotas, sostiene que tanto violaron los derechos humanos los torturadores de la ESMA como los financistas que dieron el dinero para fortalecer el poder militar. ¿Cómo se atreven a reclamarnos esa “deuda”? Así, a los gritos, indignado, se los decís. Son ustedes los que nos deben a nosotros. Pero no dinero. Algo mucho más grave. Nos deben la explicación de su aberrante complicidad. ¿Ignoraban la masacre argentina? ¿Qué clase de malnacidos fueron quienes dejaron caer alegremente en manos de los verdugos argentinos nada menos que 35.800 millones de dólares? A esos, nada. El Juez Garzón podría ayudar. También los organismos de derechos humanos de nuestro país. Por supuesto. Causa nacional: prisión para los cómplices de la dictadura.
–Decime, pirado, ¿vos sabés quiénes fueron los cómplices de la dictadura?
–Kissinger.
–Kissinger no dio guita.
–No importa, los chilenos hace rato que lo corren por todos lados. Escuchame, pero escuchame bien por favor: a principios de esta década los chilenos lo llevaron a juicio a Kissinger por el asesinato de Allende y la masacre del pueblo chileno. Eligieron un 11 de septiembre, por la fecha del golpe.
–Sí, y Kissinger tuvo un pedo único. Era el 11 de septiembre de 2001. Llegaba al Juzgado y se le caían las Torres. Todo el periodismo, en lugar de interrogarlo por el Juicio, le fue a pedir su opinión sobre las Torres. Después Bush lo quiso poner al frente de la investigación. ¿No ves lo que son esos tipos? Son intocables.
–Pero, ¡tuvo suerte nada más! Lo ayudó la Historia o Dios que juegan con la camiseta de ellos. Si no, iba en cana.
–¿Y a quién querés que le diga a Garzón que meta en cana?
–Dejalo decidir a él. Pero si lo pone a Rockefeller. O a la capo del Chase Manhattan Bank.
Me agarró de un brazo.
–Vení, José, picátelas. Tás más loco que yo hoy.
–Si yo estuviera en tu lugar…
–No durás dos días. ¡Ah, me olvidaba! Estoy leyendo una novela tuya.
–¿En serio? Qué honor.
–En mi familia te leen. Mis hijos te leen. Vení, poneme algo aquí.
No sé qué le puse. No lo recuerdo para nada. Todavía estaba muy excitado con el asunto de la deuda externa. El libro acababa de salir. Está entre mis más queridas novelas: La crítica de las armas.
Nos despedimos. Y ahí, en esa despedida de un martes cualquiera, inesperadamente, apareció el Néstor Kirchner más querible. Me puso una mano en el hombro. Sonrió. Se tomó su tiempo.
–Mirá que sos loco, eh. –Volvió a sonreír.– Pero…gracias. Me hiciste pasar un buen rato.
–¿Qué, te divertiste?
Ahora largó una risa franca, fresca.
–No, no, no…Tranquilo. Es otra cosa. Bueno, sí. Un poco divertido estuvo. Aunque, creeme, insisto: es otra cosa. Asomó algo entre lo que dijiste. Me hizo acordar a los tiempos de la Jotapé. Al Hospital de Niños en el Sheraton Hotel, por ejemplo. ¿Lo imposible, no? Pero las ganas de hacerlo. ¿Me entendés?
–La consigna del Hospital de Niños en el Sheraton es la más hermosa de todas las consignas de la Jotapé. No plantea nada violento. Quiere el Sheraton para los pibes. Es un sueño imposible. Una consigna que pide lo que nunca va a ser posible. Pero igual lo pide. Aunque sea un sueño.
–¿Con qué poder se iba a tomar el Sheraton?
–Quedate tranquilo. Nunca te voy a pedir el Sheraton. Pero si estuve a punto de pedírtelo o alguna de las cosas que te dije te hizo recordar esa consigna, la culpa es tuya. Porque, aquí, el que está loco sos vos. –Lo miré con gran seriedad. Advertí que estaba usando una palabra fuerte. Y que (algo que Néstor tenía la virtud de hacerme olvidar) él era el Presidente. Pero no había otra palabra–. Todo lo que me dijiste desde nuestra primera conversación no es normal. Que pierdas el tiempo hablando conmigo, menos.
–No te creo, vos pensás que pierdo el tiempo hablando con vos. Pensás que eso es lo que me hace un gran Presidente.
–Puede ser. Pero la vanidad no me ciega. Sí, eso es lo que te hace un gran Presidente… –Aquí los dos nos largamos a reír.– Pero un gran Presidente siempre tiene que estar loco. Un poco o bastante. Porque hace lo inesperado, lo que no está escrito en ninguna parte, lo que va a molestar al poder y a las buenas costumbres. Si hasta ya están furiosos porque no te cerrás el saco y usás mocasines.
–Vamos a tratar de molestarlos un poco más, ¿no? Porque si me quedo con lo del saco y los mocasines por ahí implanto una moda, un estilo de vestir desgarbado, con aspiraciones juveniles y hasta algo rebeldes. Pero no paso de ahí. Pienso ir más lejos.
–¿Cuánto?
–Meterles el dedo en el culo.
–¿Ves? Estás loco. Claro que te va a sacar con los pies para adelante. Sólo un loco quiere meterle un dedo en el culo al Poder en la Argentina. Con una clase dominante de asesinos.
Se quedó callado. Era notable lo que estaba sucediendo: ya nos despedíamos y la conversación recién empezaba. También era así Kirchner: nunca sabías cuándo te ibas. “A mí me gusta mucho esto”, dirá en una cena en Olivos. La política lo volaba a las estrellas, por decirlo de forma un poco pelotuda. Pero, sin embargo, cierta, verdadera. Si “las estrellas” es una expresión transitada y, de tan transitada, kitsch, busquemos otra. Digamos: la política –el simple pero fascinante hecho de hablar sobre política– lo escamoteaba del tiempo real. Eso que suele decirse tan habitualmente: perdió el sentido de la realidad. Aunque esto no expresa lo que quiero decir. De la realidad no se iba nunca. Se iba del tiempo real. Empezaba a hablar de política y entraba en otra temporalidad. Uno no podía atisbar qué duración tendría el diálogo. Él se había ido y había que acompañarlo. Si no, ¿cómo entenderlo, cómo hacerse entender por él? Volver, no se sabía cuándo. Pero –a medida que uno lo conocía– descubría algo: valía la pena acompañarlo en esos viajes.
–¿Quiénes hicieron eso? –pregunta.
–Qué.
–Eso: meterles el dedo en el culo.
–Tenemos que repasar la historia argentina.
–¿Tenés apuro?
–Estaba por irme.
–No, vení, dejá, no me jodas. Contestame eso.
–Los caudillos federales en el año 20. Ataron sus cabalgaduras en la Pirámide de Mayo. A eso, nuestros maravillosos libros de historia le dicen: la anarquía del año 20.
–El otro fue Rosas. ¿Por qué se quedó a medias Rosas?
–No, en serio: me estás cargando. Tenemos que hablar tres horas para empezar a contestar eso.
–Vení, sentate.
Nos sentamos de nuevo.
–Pero Rosas los jodió, eh –dice como satisfecho– . Con ese les fue mal. Se habrá quedado a medias. No hizo el país que podría haber hecho. Pero, mirá: el Poder, en este país tiene una puntería con su odio que no falla nunca.
Fue una frase inolvidable. Tuve ganas de copiar su estilo y decirle: “Anotala”. Pero era claro que la sabía de memoria. Que se la tenía bien estudiada. Que la había pensado muchas, demasiadas veces. Que había ido a fondo con esa idea. No le había brotado ahora, así, casualmente. No había surgido “al calor de la conversación”. Era suya. Se la había conquistado a fuerza de trabajarla.
–Por eso conserva lo que tiene y conquista lo que le falta –dije–. Sabe elegir a sus verdaderos enemigos. Sabe con quiénes aliarse. A veces hasta debe descubrirlo, no desde la inteligencia, sino desde la sensibilidad. ¿Por qué no odiamos al POIP? Supongamos que se pregunta eso.
–Qué es el POIP.
–Partido Obrero de la Izquierda Peligrosa.
Se ríe con ganas. (...)<

La resurrecion de la Union Democratica

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En un documento que firman Macri, Carrio, Duhalde,  Alfonsín, Sanz, De Narváez y Felipe Sola, hablan del “deber de cuidar la democracia” y tratan de lograr un acuerdo, que integre a la cuota centrista del radicalismo y a la mas rancia derecha entre la que se incluye a dirigentes que en un determinado momento fueron peronistas.

EL GRUPÒ “A”, CON LA FUERTE PRESION DE CLARIN PRETENDE RESUCITAR LA UNION DEMOCRATICA A TRAVES DE UNA ALIANZA QUE AGLUTINE A LA CENTRO DERECHA

Por ahora el operativo no cuenta con el apoyo de sectores de centro izquierda, que aunque a veces se convierten en aliados parlamentarios, tienen su propio proyecto de aglutinar al GEN, el Socialismo y el partido de Pino Solanas en otra alianza que se convierta en alternativa de Cristina en una hipotética segunda vuelta. El problema es que el Socialismo lo quiere al radicalismo porque tiene su sociedad en el Frente Progresista de Santa Fe, y se le va a tornar complicada su política bipolar ya que por su parte Pino Solanas rechazo todo lo que sea radical y viceversa.

El dato es historia antigua en esta coyuntura de una oposición que intenta recrear frentes o acuerdos entre fuerzas políticas que aparecen en las antípodas ideológicamente.  Por ese motivo esas tres fuerzas no firmaron  el documento “El deber de cuidar la democracia” , que con el intento de reflotar la vieja Unidad Democrática del 45 y la no menos catastrófica Alianza que concluyo con el estallido del 2001, sellaron con su firma, casi todos los presidenciables de la derecha.
  
En su nota política de este sábado de Malvinas, Wemer Pertot en Pagina 12, refleja en gran medida la estrategia que se puso en marcha a partir del “Operativo Clarín” y del lamentable discurso de Macri anticipando la fecha de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.


“Comenzó el operativo para resucitar al Grupo A. Los candidatos a presidente del PRO, la UCR, el Peronismo Federal y la Coalición Cívica firmaron un documento que se titula “El deber de cuidar la democracia”, a raíz del conflicto sindical en el diario Clarín. Lo suscriben Mauricio Macri, Elisa Carrió, Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Francisco de Narváez y Felipe Solá, entre otros. La movida tiene como objetivo final lograr un acuerdo electoral entre estos espacios. Así lo advirtieron esta semana Macri y Duhalde. El primero los convocó “a un espacio de diálogo” y el segundo dijo que “no es imposible la unidad de la oposición”. En la UCR y la CC esa idea está más discutida. El vicepresidente Julio Cobos no fue de la partida. Tampoco estamparon sus firmas los referentes de Proyecto Sur, ni el socialismo, ni el GEN.

Poco antes de anunciar la fecha de las elecciones porteñas, Macri aprovechó la conferencia de prensa del martes para hacer una convocatoria a toda la oposición. “Es el peor momento de la democracia desde 1983”, sostuvo el jefe de Gobierno, pasándose por alto sin problemas los levantamientos carapintadas y la represión de diciembre de 2001. Al día siguiente, el líder de PRO aclaró que su objetivo de máxima era lograr que toda la oposición se uniera detrás de una candidatura (se entiende: la de él). El jueves, en un homenaje al difunto presidente Raúl Alfonsín, Duhalde se sumó a esta idea: “No es imposible que toda la oposición se una para enfrentar al Gobierno”, destacó el ex mandatario, flanqueado por Cobos y Ricardo Alfonsín, precandidatos del radicalismo.

Como informó Página/12, el primer paso de la estrategia PRO para unir a los distintos sectores de la oposición era conseguir que los distintos referentes presidenciales firmasen un documento “en defensa de la democracia”. Macri delegó la tarea de reunir voluntades en su jefe de bloque de Diputados, Federico Pinedo. El macrista tuvo un primer encuentro con Carrió el martes y, al día siguiente, después de la sesión de la Cámara baja, se juntó con los radicales Oscar Aguad y Ricardo Gil Lavedra, la diputada de la CC Patricia Bullrich y con el peronista disidente Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez. Ese día a la madrugada, Bullrich desechó el borrador de Pinedo y reescribió el documento. El jueves lo circularon entre los candidatos.

En el entorno de De Narváez, indicaron que la idea de firmar un texto conjunto viene de hace varios meses. Por supuesto –admitían en el bunker de Las Cañitas– el conflicto en Clarín aceleró los tiempos. Tras el episodio del domingo, los negociadores de cada sector estaban convencidos de que debían generar un hecho político en común. A partir de allí, surgen algunas diferencias: mientras algunos apuntan también a una alianza electoral, otros la rechazan. “No veo que eso sea algo que se esté gestando. No sé si se podrá gestar. Lo que advierto es otra cosa: el radicalismo no puede concentrarse en una alianza ideológica, porque hay un 60 por ciento de la población que quiere un cambio. Para liderar el cambio hay que superar las alianzas ideológicas”, recomendó Aguad ante este diario. “Creemos que la Argentina tiene que avanzar hacia una matriz democrática. Nuestro aporte es institucional. No lo sentimos como un acuerdo electoral”, advirtió Bullrich.

Luego de innumerables llamadas, el texto fue revisado por los distintos candidatos presidenciales que les pusieron el gancho a las diversas copias que circularon. El GEN, Proyecto Sur y el socialismo fueron invitados a firmar el documento, pero declinaron el convite para no volver a quedar pegados al Grupo A (ver aparte). En el entorno de Cobos, en tanto, indicaron que estaba de acuerdo con el texto, pero que le resultó “obvio su contenido y no necesita refrendar con una firma principios que él defiende cada día como vicepresidente”.

Además de los presidenciables, el documento lo firmaron Pinedo, Bullrich, Aguad, Alfonso Prat Gay, Silvana Giúdici, Angel Rozas, Ricardo Gil Lavedra y Gerardo Morales. El texto dice que los firmantes se imponen “como deber cuidar la democracia”. “La libertad de expresión, la independencia del Poder Judicial y el efectivo cumplimiento de sus fallos se nos impone por encima de nuestros programas de gobierno, de nuestras coincidencias y de nuestras disidencias. Forma parte de un acuerdo pétreo, inamovible que debe respetarse, gobierne quien gobierne la República”, dice el texto, en forma algo ampulosa. Este párrafo sería el germen de un “acuerdo de gobernabilidad” entre los distintos sectores que lo firman, que tendría ejes menos abstractos.

“La democracia argentina debe ser cuidada y protegida de acciones de intolerancia, de persecuciones, de señalamientos, escraches o cualquier intento de discrecionalidad en el uso de los recursos que el mismo Estado posee. Los límites del Estado los define la Constitución, no el poder gobernante”, sostienen los candidatos a presidente.

“Debemos unir fuerzas diversas en un único eje: no aceptar en silencio la persecución, el uso indiscriminado del poder o la utilización de organismos del Estado utilizados fuera de su finalidad. Los medios de comunicación, las empresas, los trabajadores, las consultoras privadas que miden la inflación o cualquier ciudadano no deben ser penalizados por sus ideas o por el desarrollo de actividades lícitas que el gobierno considera inconvenientes para sus intereses”, remarcaron. “Cuidar la democracia es el imperativo de esta hora y lo vamos a hacer”, concluye el texto