viernes, 22 de abril de 2011

El resultado de las internas en el oficialismo provincial

OPINION. EL RESULTADO EN LAS INTERNAS DEL OFICIALISMO PROVINCIAL
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SI EL RADICAL BOASSO TRIUNFA SOBRE LA SOCIALISTA FEIN,  O BARLETTA SE QUEDA CON LA CANDIDATURA A GOBERNADOR SOBRE LA DUPLA BONFATTI- GIUSTINIANI,  HAY QUIENES PIENSAN EN UNA FRACTURA

¿QUE PASA EN EL FRENTE PROGRESISTA SI EL RADICALISMO LE GANA AL SOCIALISMO ¿INTERROGANTES EN TORNO A UN RESULTADO, QUE TAMBIEN PUEDE PROVOCAR SIMILARES EFECTOS EN SENTIDO INVERSO.

En una nota del diario La Capital, el periodista Adrián Gerber, plantea los interrogantes que puede llegar a generar un resultado adverso para los candidatos que en Rosario y en la provincia motoriza el gobernador Hermes Binner. El análisis parte de la base de otra pregunta que resulta mucho mas abarcativa en torno a la coalición que gobierna a través del socialismo la provincia de Santa Fe como lo es conocer a ciencia cierta si el Frente Progresista es una coalición programática o una sociedad de conveniencia. .

La nota de Gerber tal vez haya pasado desapercibida cuando en realidad grafica una realidad política mas que significativa a partir de las diferencias  que se han advertido a lo largo de estos cuatro años, no solo a nivel provincial sino nacional en torno a políticas de Estado, y que ahora,  desde el mismo momento en que la posibilidad de consensos fueron dejados de lado, se desato una feroz batalla electoral. Las denuncias y las acusaciones menudearon y se incrementaron, y ahora dejan lugar a interrogantes muy serios, sobre si los votantes de uno o de otro sector, Irán todos en una misma dirección después de los comicios del 22 de mayor. En ese marco la mayoría sostiene que solo una victoria en Rosario y en la Provincia podría evitar la fractura de la alianza

El análisis del columnista de La Capital, señala que a “ casi un mes de las internas abiertas (22 de mayo), nadie puede pronosticar con certeza un resultado. Así las cosas, existe la posibilidad (¿por qué no?) de que en el Frente Progresista el radical Boasso le gane a la socialista Fein la candidatura a intendente de Rosario, o de que Barletta se imponga a nivel provincial sobre Bonfatti y Giustiniani. Pero, ¿qué pasaría con la coalición si esto sucediera?

¿Qué pasaría si el radicalismo le gana el 22 de mayo al socialismo la interna del Frente Progresista? ¿Qué ocurriría si Jorge Boasso (UCR) se impone a Mónica Fein (socialismo) por la candidatura a intendente o Mario Barletta se queda con la postulación a gobernador en la competencia con Antonnio Bonfatti y Rubén Giustiniani? ¿Iría todo el socialismo detrás de candidatos radicales? ¿Mantendría el Frente Progresista en las elecciones generales su caudal de votos?, ¿aumentaría o disminuiría? ¿El Frente Progresista es una coalición programática o una sociedad de conveniencia?

Las respuestas a estos interrogantes son complejas, ya que en política es difícil hacer pronósticos, y menos aún en Argentina. Pero veamos una declaración que al calor de la campaña desnuda el pensamiento de uno de los máximos referentes del socialismo.

Quien dijo la semana pasada la siguiente frase no es un militante socialista de base, sino el propio intendente Miguel Lifschitz. “Hay que poner cada cosa en su lugar. Dentro del Frente Progresista existen alternativas autoritarias y conservadoras, que son la antítesis de nuestra propuesta”, dijo en una clara referencia a Boasso.

Es decir, si Boasso gana la interna ¿alguien ve a Binner o Lifschitz haciendo campaña pidiendo a la ciudadanía el voto por el radical? Parece improbable. ¿Alguien lo ve al intendente trabajando para una alternativa que considera “autoritaria”, “conservadora” y "la antítesis" de su propuesta?

Así las cosas, da toda la sensación que la continuidad del Frente Progresista está supeditada a que el socialismo lo hegemonice, lo conduzca, lo lidere a nivel provincial y en la ciudad de Rosario. De lo contrario, todo indica que tendría escasa probabilidad de vida.

El feroz ataque de Techint al gobierno de Cristina





INFORME REVELADOR DE LA OFENSIVA DE LA TRASNACIONAL CONTRA EL GOBIERNO DE CRISTINA


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COMO DESDE LA TRASNACIONAL SE ADOCTRINA OPOSITORES, SE LANZA CANDIDATOS, SE DISPLINA A EMPRESARIOS Y SE PRESIONA A DIPUTADOS COMO EN EL CASO DE LA CC CON CARRIO A LA CABEZA, LA UCR, PROYECTO SUR Y EL PRO

EL PLAN SECRETO DE PAOLO ROCCA, REVELA EL FEROZ ATAQUE DE LA LOGIA DE TECHINT AL GOBIERNO QUE SE ASIMILA EN PARTE A LA EMBESTIDA DE LA  “PATRIA RURALISTA” EN EL 2007 CUANDO SE INTENTO UNA MANIOBRA DESTITUYENTE CONTRA CRISTINA

EN REALIDAD LA OFENSIVA DE LA TRASNACIONAL ESTA BLANQUEANDO LA DECISION DE ESTOS SECTORES DE CONTINUAR SIENDO UN PODER MAS PODEROSO QUE EL PROPIO PODER DE LA REPUBLICA Y LA CONSTITUCION .

HECTOR MAGNETTO CON CLARIN, JOAQUIN MORALES SOLA, EL PERIODISTA DE LA EMBAJADA DE EEUU,  CARLOS PAGNI, EDITORIALISTA DE LA NACION FORMAN LA ELITE DE LA APOYATURA A PAOLO ROCCA

Un informe de la Revista Veintitrés.   Pasaron casi siete décadas desde que los capitales italianos de Techint desembarcaron en la Argentina. En ese tiempo, se sucedieron democracias y dictaduras, modelos de gobierno, años de bonanza y de crisis. Pero a corporaciones como la que encabeza Paolo Rocca no les preocupan estos cambios. Sólo el statu quo los convoca, en defensa de los privilegios adquiridos. Es que, por definición, poderes como el que encarna Techint siempre quieren más de lo mismo.

El conflicto desatado el pasado 15 de abril en la asamblea de accionistas de la metalúrgica Siderar SA, una de las puntas de lanza del Grupo Techint, expresa la baja tolerancia de Rocca y el empresariado que le es afín ante cualquier medida que ponga en discusión los “fueros” que antaño supieron conseguir, a fuerza de concesiones y complicidades.

Por eso, en su cruzada, Techint no está sólo: cuenta con un influyente club de amigos, abroquelados en cámaras empresariales, en grupos de lobby, en el grueso de la oposición parlamentaria y en los pomposos think tanks, donde los paladines del libre mercado rechazan cualquier señal que indique que el Estado comienza a despertar de su sueño eterno. La forma en que estos sectores salieron a “bancar” a Techint en su cruzada final contra el kirchnerismo demuestra la vigencia de los pactos de connivencia entre aquellos sectores que hace años vienen beneficiándose con los vaivenes de la economía argentina.

El primero en solidarizarse con Rocca fue su socio Héctor Magnetto, que dedicó una profusa cobertura en sus medios a la victimización de Siderar, incluidas las predicciones acerca de una avanzada estatizadora. Otro tanto hizo el diario La Nación, a través de los incombustibles periodistas Joaquín Morales Solá y Carlos Pagni. Nada es casual: esta alianza de Techint y Clarín se corporiza en la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), de la que también participa el director de La Nación, Julio César Saguier.

En la mesa chica de AEA se congregan los CEOs de las principales compañías que operan en el país, con una espalda de lobby de 200.000 millones de pesos, que es lo que las patronales allí reunidas facturan al año.

Por acuerdo entre Magnetto y Rocca, fue ungido titular de AEA Jaime Campos –de Aceitera General Deheza–, que ya desde 2009 viene devolviendo el favor. En junio de ese año y ante la Comisión del Mercosur de la Cámara de Diputados, Campos pidió que se revisara la decisión de incorporar a Venezuela al mercado común. Por entonces, Hugo Chávez había decidido la estatización de Sidor, propiedad del holding que encabeza Rocca.

Campos fue claro: “Techint es para nosotros un modelo de lo que aspiramos para las empresas argentinas”, sostuvo.

El holding se había quedado con el paquete accionario de Sidor en 1997. Pagó 1.200 millones de dólares, cuando otras tasaciones valuaban la planta en 8 mil millones de dólares. Desde ese momento, la subsidiaria venezolana de Techint aplicó una férrea política de reducción y tercerización del personal.

En el entorno de Rocca sostienen que el decreto de necesidad y urgencia 441, firmado por la presidenta Cristina Fernández el pasado 13 de abril, es la antesala de un nuevo Sidor. “Es fundamental preservar la conducción empresaria de las empresas privadas, evitando el avance de la participación estatal”, sostuvo AEA en un comunicado.

El otro puño que completa la primera línea de defensa Techint es la Unión Industrial (UIA), donde la organización colocó a uno de sus operadores: Luis Betnaza. El director de Relaciones Institucionales del grupo ocupa la vicepresidencia segunda de la UIA e intenta sumar voluntades para la causa de su jefe. La tarea no es fácil –existe un sector de empresarios independientes que resiste la colonización metalúrgica–, pero el peso específico de Techint hizo que, en una primera reacción, la cámara respaldara al grupo de Rocca.

Sin embargo, como también sucede en AEA, las fracturas de la entidad industrial son inocultables. Muchos de sus socios no quieren que les pase lo mismo que con Clarín: quedar en medio de una guerra que no sienten como propia.

En definitiva, mientras el Gobierno expresó que busca separar la paja del trigo en su relación con los grandes empresarios, la estrategia de Techint y compañía es instalar la vieja idea de que “si tocan a uno, tocan a todos”.

Para que los comunicados de la UIA y AEA pasen de las portadas de Clarín y La Nación a los hechos, Techint empuja a los dirigentes  de la oposición, que una vez más invocaron la defensa de las instituciones. Desde los bloques de diputados de la Coalición Cívica, la UCR, el Pro y Proyecto Sur –aunque este último con posiciones divididas– se cuestionó que el Ejecutivo usara un DNU y reclamaron que se diera intervención al Parlamento. Exactamente lo que reclamaba Techint.

Elisa Carrió vaticinó un “plan de La Cámpora para extorsionar” –el economista Axel Kicillof, director propuesto por la ANSeS, es cercano a esta agrupación–; el macrista Cristian Ritondo temió la “chavización” de la economía; el radical Oscar Aguad se preocupó por la inseguridad jurídica y la pérdida de inversiones extranjeras; y Claudio Lozano se quejó de la “desprolijidad” del Gobierno.
Históricamente la familia Rocca supo hacerse fuerte en su habilidad para cautivar a los políticos. Sin embargo, parece haber perdido el toque. En 2007 apostó por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, candidato presidencial por la UCR. Más cerca en el tiempo, hasta hace pocas semanas apoyaba la fallida aventura electoral del senador Ernesto Sanz.

Este y otros episodios fueron limando la relación con el kirchnerismo, que pasó del respeto a la confrontación. Hoy, a imagen de su socio Clarín, Techint decidió estrechar lazos políticos con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que ya puso lo mejor de sí para demostrar su respaldo a Rocca.

El apoyo brindado por Macri tuvo un escenario excluyente en el campo de las ideas. Más precisamente, en las fundaciones que suelen rodear a políticos como el intendente porteño y a empresas de alta facturación como Techint. En ese marco, Macri y Rocca tuvieron la oportunidad única de contar entre sus filas a un Premio Nobel de Literatura: el peruano Mario Varga Llosa, fervoroso antikirchnerista e invitado a la Feria del Libro.

El pasado lunes 18 de abril, Varga Llosa compartió un almuerzo con Daniel Novegil, presidente de Ternium, una de las más redituables operaciones del emporio Rocca. La comida fue en la Fundación Proa, financiada por Tenaris, integrante del mismo grupo.

Antes, Varga Llosa había recorrido una muestra organizada por Proa en La Boca, donde caminó junto a Macri; su esposa, Juliana Awada, y una troupe de ministros porteños. Ese mismo día, el escritor también se acercó al Hotel Sheraton, donde intercambió opiniones con Macri, el ex presidente Eduardo Duhalde y su esposa Hilda; el diputado Francisco de Narváez; la embajadora de los Estados Unidos en la Argentina, Vilma Martínez, y el empresario  Cristiano Rattazzi, entre otros.

Pero la crema de la jornada se degustó en el almuerzo con Novegil. Del cónclave también participó Gerardo Bongiovanni, presidente de la liberal Fundación Libertad, de Rosario, quien acostumbra agasajar a los más ultramontanos paladines del free market. Fue precisamente esta fundación la que auspició el congreso que entre el 17 y el 20 de abril brindó en Capital Federal la Sociedad Mont Pelerin, otro baluarte neoliberal. Radicado en Suiza, este think tank fue fundado en 1947 por Friedrich A. von Hayek, ante un temor muy parecido al que hoy tienen Rocca, Magnetto y los suyos. Von Hayek, considerado uno de los padres del pensamiento liberal, reunió en la villa de Mont Pelerin a un grupo de notables con el fin de tomar las medidas necesarias para proteger la salud del mercado. Temían a la sombra negra del comunismo casi tanto como Rocca le teme al control estatal.

En su versión local, la consigna del evento de la Sociedad Mont Pelerin no podía ser más acorde al trance  de Techint: “El desafío populista a la libertad en América latina”.

Entre los expositores argentinos estuvieron el economista Ricardo López Murphy y el escrito Marcos Aguinis –una suerte de Varga Llosa criollo–, junto a panelistas del Centro de Estudios Macroeconómicos (CEMA), del think tank Atlas 1853 y de Junior Achievement Argentina. Esta última fundación, cuyo director es el contador Eduardo Marty, se dedica a “generar el espíritu emprendedor en los jóvenes” y tiene un convenio con Siderar para que profesionales de la empresa den charlas a alumnos en sus primeros años de estudio. Todo sea por formar cuadros que, en el futuro, cumplan el sueño a Von Hayek.

Europa, por cierto, no sólo aporta inspiración intelectual a esta historia. Antes de hacer buenos negocios en suelo argentino, los Rocca supieron ser parte del armado industrial de la Italia de Benito Mussolini. El precursor fue Agostino Rocca, que dio sus primeros pasos en la Banca Commerciale, más específicamente, en la metalúrgica Dalmine. Más tarde, tras la fundación del Istituto per la Ricostruzine Industriale (IRI), Agostino fue nombrado director y tuvo a su cargo las empresas que operaban estrechamente con la industria bélica de la Alemania nazi.

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los primeros Rocca llegaron a la Argentina. Fue en 1946, bajo el paraguas de la Compañía Técnica Internazionale (Techint). Una de sus primeras empresas estuvo radicada en Campana: la planta Dalmine Siderca.

El grupo, que desde su origen mostró una curva de negocios ascendente, fue uno de los que maximizaron ganancias y posiciones de mercado, primero, durante la dictadura, y más tarde con el menemismo, sobre todo a partir de la polémica privatización de Somisa, la actual Siderar. En ese interregno, Techint abrió 10 nuevas compañías, consolidando así un dominio oligopólico. Al mismo tiempo, diversificó su cartera de negocios y extranjerizó aún más su matriz.

En la actualidad, sus principales operaciones están concentradas en las empresas Tenaris, líder global en tubos de acero y servicios para la industria del petróleo y gas; Ternium, que concentra la provisión de aceros planos y largos en Latinoamérica, y la petrolera Tecpetrol. En un segundo plano están Techint E&C, dedicada a obras de ingeniería, y Tenova, proveedor de tecnología industrial y minera. Por último, en suelo italiano, el holding opera la red de clínicas Humanitas.

Hoy, Siderca-Tenaris, que fabrica tubos de acero sin costura y exporta el 70 por ciento de su producción, vende uno de cada tres de los caños que emplean las plantas petroleras del mundo. En 2010, sus ventas fueron de 3.120 millones de dólares, con una ganancia operativa de 1.573 millones de dólares.

En el caso de Siderar-Ternium, según la Comisión de Defensa de la Competencia, en la Argentina acapara el 84 por ciento de la producción de chapa laminada en caliente y el 99 por ciento en el caso de la chapa laminada en frío, un insumo clave para la industria metalúrgica, lo que la vuelve poseedora de un virtual “commodity” a nivel local.

Según datos de la Bolsa de Valores porteña, la rentabilidad neta de Siderar roza el 30 por ciento. En 2010, registró ventas netas por 7.382 millones de dólares, un 49 por ciento más que en 2009. En un año, la ganancia operativa creció un 256 por ciento, pasando de 296 millones a 1.053 millones de dólares.

A pesar de esta bonanza, el grupo es refractario a mostrar los detalles de su éxito económico y sigue negando que los directores del Estado nombrados por la ANSeS se sienten, con plenitud de facultades, en la mesa chica de Siderar. Un hecho que podría explicarse por algo más que los pruritos ideológicos.

Por un lado, la empresa viene negándose, sin mayores argumentos, a repartir los dividendos acumulados durante varios ejercicios en sus arcas. Según la ANSeS, estas “reservas para inversiones” que nunca se concretan rondan los 6.500 millones de pesos.

El dato cobra su verdadera dimensión si se tiene en cuenta que Techint constituye un clásico caso de corporaciones transnacionales con presencia en todo el mundo pero con sedes comerciales en los paraísos fiscales más permisivos del mundo. Tanto que hace poco trasladó su domicilio de las Islas Caimán a Luxemburgo, e igual decisión tomó para su firma controlante, San Faustin, que dejó su antigua radicación en Curazao. Por su parte, Rocca & Partners, controladora de San Faustin, informó que había creado una fundación privada bajo las normas vigentes en Holanda.

Un ingenioso y cosmopolita laberinto societario que, como todo laberinto, sólo tiene una razón de ser: despistar.

Al mismo tiempo, la clara posición dominante que el grupo detenta en la Argentina lo hizo acreedor de varias denuncias por cartelización para manejar a su antojo los precios y condicionar así a toda la cadena de valores. El propio Novegil lo reconoció en una entrevista radial: “No queremos que el Estado participe en la política de formación de precios de nuestra compañía”. O sea: en la formación de precios de un insumo básico que empuja al alza la inflación.

Con todo el poder de su facturación y el peso de los más de 10 millones de toneladas de acero que al año fabrica en Sudamérica, Techint quiere que nada de esto cambie. Como siempre, pide más de lo mismo.

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Opinión

LOS DERECHOS DE LA ANSES

Por Ricardo Nissen, Asesor de la ANSeS en materia de legislación comercial

La situación de ser, en nuestro país, un socio o accionista minoritario de una sociedad anónima es desalentadora y supone todo tipo de inconvenientes para el ejercicio de los derechos que otorga la ley. Ello no implica hacer una crítica a la ley 19.550, sino a la interpretación de sus instituciones que ha hecho la jurisprudencia, totalmente restrictiva en perjuicio del accionista y refractaria a la amplitud con que este puede ejercer sus derechos dentro de la sociedad.

No son aislados los fallos judiciales que han restringido, hasta límites casi intolerables, el derecho de información que la ley 19.550 otorga a todo integrante de una sociedad, resultando también inexplicable la existencia de fallos que niegan el derecho de reclamar ante la Justicia la nulidad de un aumento del capital social. Lo curioso es que nada de ello dice la ley 19.550 y que el Código de Comercio prohíbe expresamente a los jueces emitir disposiciones generales, algo que los magistrados de la ciudad de Buenos Aires ignoran olímpicamente.

Y si es desalentadora la situación del accionista minoritario en una sociedad anónima, mucho más lo es cuando ese accionista es el Estado nacional o cualquiera de sus organismos, como lo es la ANSeS, que ha debido soportar, desde que se hizo cargo de la cartera de inversiones bursátiles que poseían las AFJP, la insólita limitación prevista por la ley 24.241, que restringió al 5 por ciento del capital social el ejercicio de sus derechos políticos, como el derecho de voto, no obstante que sus participaciones accionarias alcancen un porcentaje muy superior.

Resulta contrario a la filosofía que inspiró a los legisladores de la ley 19.550, y a la propia naturaleza de toda sociedad comercial, que la cantidad de votos de un accionista resulte inferior a la cantidad de acciones de que es titular. Ese estado de cosas es lo que modificó el DNU 441, vigente desde el 13 de abril pasado.

Por eso, lo sucedido en la última asamblea de accionistas de Siderar SA es inconcebible, pues vigente el aludido decreto, mal pueden los controlantes de dicha sociedad pretender que la ANSeS emita sus votos como si el DNU nunca se hubiera dictado, o reflejar una doble votación en el acta, argumentando que no estaban convencidos de la legalidad de la nueva normativa.

Ese proceder es gravísimo y susceptible de provocar la intervención judicial, pues no hay peor infracción por parte de una compañía mercantil que desconocer o actuar al margen de la ley, que es lo que sucedió en la referida asamblea, en donde el accionista controlante de Siderar SA alegó una supuesta inconstitucionalidad del DNU 441 como único argumento para suspender y postergar el acto asambleario, evitando que la ANSeS pueda ejercer un derecho que le concede la ley 19.550. Lo que la prensa adicta a los grandes grupos calificó como una proeza de los accionistas de Siderar SA, fue una actuación que repugnó el ordenamiento legal vigente, así como falsas fueron las opiniones de supuestos especialistas que cuestionaron el voto en contra del organismo previsional, cuando se opuso a la distribución de ganancias, en tanto dicha sociedad tiene “reservadas” ganancias de ejercicios anteriores sin un destino específico y que alcanzan un monto mayor a los 6 mil millones de pesos, que los directores y accionistas controlantes de Siderar SA pretenden no distribuir jamás.

Es de esperar que la Justicia condene esa manera arbitraria e ilegítima de actuar, pero hay que tener presente que, hace poco, en el caso “Papel Prensa SA”, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial adujo que el Estado, titular de un importante porcentaje accionario, no tiene derecho de pedir al directorio información sobre aspectos de la gestión social. No hay muchos elementos para permitir ser optimistas y esperar un fallo ejemplar que garantice la seguridad jurídica de quienes, como la ANSeS, tienen inversiones en empresas líderes del país.

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EL DERECHO Y EL DEBER

Por Daniel Moreira, Secretario de la Asociación Pyme (regional Buenos Aires)

Hay un doble discurso en las grandes empresas. Por un lado, critican al Ejecutivo por la inflación a través de las tapas de los medios monopólicos, y por el otro, son los principales artífices del aumento de precios. Los valores no se disparan por arte de magia. Hay actores con nombre y apellido que incrementan los precios sin el más mínimo control y con total descaro. Un caso paradigmático es el del sector siderúrgico. Desde la Asociación de Pequeños y Micro Empresarios venimos advirtiendo sobre las subas que en los últimos tiempos se dieron en esta industria, tanto en la chapa galvanizada como en las laminadas en frío y en caliente. Esta decisión unilateral y especulativa tiene como víctimas a las pymes, que deben pagar excesivos precios por estos insumos, con graves consecuencias para el aparato productivo nacional. El responsable y actor principal de este rubro es, a la sazón, Techint.

En este contexto, apoyamos rotundamente la participación estatal en la toma de decisiones en este tipo de empresas, que funcionan casi monopólicamente y esquivan los controles. También cuestionamos el argumento que esgrimieron algunos representantes de estos grupos, que hablaron de la “injerencia” del Estado en los asuntos privados y de una sensación de “inseguridad jurídica”. De igual forma, rechazamos al sector de la oposición que plantea una actitud política que busca retornar a los’90, donde el neoliberalismo regía el mercado, beneficiando a unos pocos y perjudicando a la gran masa del pueblo.

El Estado no sólo tiene el derecho, sino también el deber de velar por el capital social en el que invirtió la sociedad. Las AFJP destinaron los aportes de los trabajadores a dudosas prácticas especulativas y a capitalizar a las mismas empresas que hoy se quejan. El Estado debe sentarse a discutir con los privados, no como un hermano mayor ni con autoritarismo, sino como un socio que ya no es bobo ni obediente, sino que ejerce con voluntad y conciencia el mandato que le ha dado el pueblo argentino

Canal 13 y Telefe concentran el 83 por ciento de los contenidos

LA TELEVISION DE LAS REPETIDORAS DE LOS CANALES CAPITALINOS CASI NO TIENE PRODUCCIONES PROPIAS
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LOS DATOS DE LA PROPIA AUTORIDAD FEDERAL DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN  AUDIVISUAL ESTAN SEÑALANDO QUE ENTRE UN 54 Y UN 75 POR CIENTO DE LAS EMISIONES TELEVISIVAS QUE SE REALIZAN EN EL INTERIOR SON RESTRAMISIONES DE LOS CANALES LIDERES DE CAPITAL FEDERAL

LA REVELACION DE QUE “TECNOLOGIA TELEFE Y CANAL 13” CONCENTRAN EL 83 POR CIENTO DE LOS CONTENIDOS NACIONALES ESTA EXPRESANDO LA NECESIDAD DE QUE SE PONGA EN VIGENCIA PLENAMENTE LA LEY DE SERVICIOS  DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL

.Estos datos provienen del "Informe Anual 2010 de Contenidos en la Televisión Abierta Argentina", elaborado por AFSCA y que resume lo sucedido durante el año pasado en relación con la producción y transmisión de programas televisivos, Y SERIA IMPORTANTE QUE LOS DISTINTOS SECTORES GREMIALES E INDEPENDIENTE DE LA PRENSA LOS HAGA CONOCER DE TODAS LAS FORMAS.

La región con un mayor nivel de retransmisión (y por ende un menor nivel de producción local y propia) es la del Noroeste con 75 por ciento, seguida por la Pampeana con 71 por ciento, Noreste 63 por ciento, Patagonia 58 por ciento y Cuyo con 54 por ciento.

"Esto deja un escaso margen para la producción de contenidos locales y regionales, impidiendo la difusión de las culturas e identidades locales", señala el informe.

"Cuando las cuotas de pantalla y los límites de transmisión en red que contempla la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, entren en vigencia, el panorama se modificará prevaleciendo la difusión de contenidos audiovisuales que rescaten, procesen y difundan las múltiples culturas del país", sostiene el informe.

El estudio muestra que los contenidos generados por productoras independientes en el interior del país alcanzan sólo el 6 por ciento en promedio, lejos de los niveles estipulados en la nueva ley, que establecen entre un 10 y un 30 por ciento, según el número de habitantes de cada ciudad emisora.

El resultado del informe señala que de cumplimentarse con lo estipulado en la ley, esto redundaría "en más y nuevas fuentes de trabajo a partir de la reactivación de productoras de contenidos o creación de nuevas y de la necesidad de ampliar las plantas de trabajo en las propias emisoras".

En cuanto al promedio anual de producción propia de los canales privados (El Trece, Telefé, Canal 9 y América Tv) el estudio revela que asciende al 24 por ciento, lo que equivale a 2 puntos porcentuales menos que el promedio del año pasado y 6 puntos menos de lo que exige la nueva normativa.

En esos canales, la producción de terceros es del 23 por ciento - que también implica una baja respecto al año anterior- y un importante porcentaje (20 por ciento) lo ocupa la producción proveniente de Estados Unidos.

En el caso de la Televisión Pública la producción propia fue, en promedio, del 43 por ciento (10 puntos porcentuales menos que el año pasado), donde el 21 por ciento correspondió a la producción de terceros y otro 21 por ciento a coproducciones nacionales (aumentó un cinco por ciento) superando los requerimientos de la normativa.

El informe, que también apunta al tipo de programas emitidos, señala que en la televisión abierta los llamados “programas de variedades” encabezan la cantidad de horas al aire de la totalidad de la programación emitida.

En el caso de los programas de tipo educativos y de divulgación cultural sólo tienen presencia en la grilla del canal público.

Otro eje a resaltar es lo que sucede con la ficción, especialmente con la telenovela, que, según el informe, queda mayoritariamente en manos de productoras independientes o vinculadas -aquellas que tienen un vínculo societario- con la emisora, y que fuera de la ciudad de Buenos Aires no hay producción del género

La operacion periodistica a Reutemann






UNA OPERACIÓN QUE PROMETIO SER UNA EXPLOSION POLITICA, SE CAYO DE NUEVO A PEDACITOS


LUEGO DE LA CAIDA ESTREPITOSA DE DUHALDE,  DAS NEVES Y EL PERIODISMO FEDERAL AHORA SE UTILIZA AL EX GOBERNADOR QUE NI SIQUIERA HABLO DEL TEMAS


LA SINGULAR OPERACIÓN PERIODISTICA A ESPALDAS DEL LOLE REUTEMANN EN UNA FORMULA CON MAURICIO MACRI DEMUESTRA QUE LA IMAGINACION DE MAGNETTO SE VA AGOTANDO



Sin esperanzas de una fórmula opositora sólida para las presidenciales, a Magnetto le queda ganar algo de tiempo hablando a espaldas de Lole Reutemann. El ex corredor de F-1, después de haberse despedido de las elecciones de octubre, es objeto de una curiosa operación periodística: una fórmula junto a Mauricio Macri. Agobiado por su estado de salud, desorbitado por el fracaso estruendoso de Eduardo Duhalde y de Mario Das Neves, dos de sus delfines para este tránsito electoral, Héctor Magnetto evidencia falta de imaginación para armar algo con miras a octubre de 2011. Sin embargo, ya orienta a sus editores a tomar en cuenta la elección del próximo período. Con pluma obediente, el número uno de la redacción de Clarín, Ricardo Kirschbaum, formula sesudas preguntas en la editorial del domingo pasado. “¿Alguien se imagina a Cristina –se interroga el periodista entregándole el poder a otro peronista con la promesa de que le será devuelto mansamente en 2015? ¿Y alguno cree que el delegado que triunfe en 2011 no buscará su propio esquema de poder, tal como hizo Kirchner frente a Duhalde? Con ese panorama al frente, no hay razón objetiva para que Cristina no se postule a la reelección. Néstor Kirchner planeaba una sucesión ininterrumpida entre él y su esposa hasta 2020. Así, el proyecto de Cristina es intentar cumplir con el proyecto y usará todas las herramientas a mano para lograrlo.”

Apenas el cuco de la reelección indefinida. Ya no tienen mucho más. Tan o más burdo que los argumentos de la otra espada de Magnetto, Marcelo Bonelli, que apenas terminada la sanción por pegarle sin mucho éxito a un productor de TN, no hace otra cosa que preguntar si es chavismo o no es chavismo este decreto que pone a tono a los fondos de la Anses en las empresas privadas con los directores que sean proporcionales a las acciones que tiene el Fondo de Garantías Solidarias.

Sin esperanzas de una fórmula opositora sólida para las presidenciales, a Magnetto le queda ganar algo de tiempo hablando a espaldas de Lole Reutemann. En efecto, el ex corredor de Fórmula 1, después de haberse despedido de las elecciones de octubre públicamente, ahora es objeto de una curiosa operación periodística: una fórmula junto a Mauricio Macri. Pero hay dos grandes problemas: el primero es que Reutemann hasta ahora no habló del tema. Y el segundo es que ni siquiera Macri se bajó de la carrera presidencial. El viernes pasado, dos periodistas del monopolio fueron a entrevistar al jefe de gobierno porteño. Tenían un pedido editorial-empresario: que Macri defina, de una vez por todas, que no busca la reelección porteña. El alerta había llegado a la oficina de Magnetto por unos dichos de Jaime Durán Barba en un congreso de comunicación en Ecuador, la tierra del gurú de Macri. Para el asesor de imagen ya no hay margen de que Macri vaya por la Nación y, con las cifras que hay en la Ciudad, si no va él, el PRO puede quedarse sin el pan y sin la torta. Verbigracia: Durán Barba puede quedarse sin su cliente principal. Los periodistas de Clarín, en la nota que publicaron el domingo, mostraron que la insistencia no les sirvió de nada. Le preguntaron y repreguntaron si iría por la Ciudad o la Nación y Macri sólo esquivaba.

La tercera pregunta fue por la negativa: “Pero, ¿usted descarta ir por la reelección?”, y el único aspirante a candidato que todavía le queda a Magnetto se comportó como un obispo cuando le preguntan sobre el reino de los cielos. “Insisto –dijo Macri–, tengo una profunda vocación por liderar una propuesta nacional. Creo estar en mi mejor momento para hacer un aporte. No le demos más vuelta al tema.” En síntesis, Macri no se lanzó por Clarín a la presidencial y la tapa de Clarín tuvo que ir por otro lado. Como premio consuelo, los seguidores de Magnetto se contentaron con titular contra Ricardo Alfonsín. Macri se tiró contra el candidato radical de un modo que espanta a la clase media a la que aspira enganchar a su proyecto. Aunque parezca de un infantilismo completo, no tuvo mejor idea que dejarle servido al kirchnerismo un aliado que todavía no tenía. “Alfonsín se equivoca –sentenció el sesudo Macri–, está haciendo más kirchnerismo que Cristina.”

Para completar la falta de coordinación,  Macri salió a desvirtuar la fórmula con Reutemann. Dijo que se habla de pases y que “van a venir a Boca Ronaldinho y Messi pero al final eso no ocurre”. Daría la impresión de que Magnetto está acostumbrado a tratar a los políticos como gerentes de su empresa y que con Macri se encuentra con alguien similar; es decir, alguien que no aspira a ocupar un cargo en el partido político de Clarín. Para empresarios, ya alcanza y sobra con él. Debería tomar nota Kirschbaum del problema que tiene su jefe. Es un buen tema para las editoriales del diario que dirige mientras Magnetto lo deja.

EL PRO Y LA PELEA CAPITAL. La llegada de Mario Vargas Llosa fue vivida por Macri como uno de sus momentos de gloria. Sin perjuicio de los ataques políticos al gobierno nacional, motivo central de la visita del escritor, Macri debería tomar nota de que Vargas Llosa es un ave de paso y toma la estación de Buenos Aires como una parada más de su viaje por el neoliberalismo preconciliar. Comenzó en el Sheraton con una reunión que por tres días se dedicará a fustigar al “populismo” latinoamericano. De la mano, claro está, de Carlos Cáceres, ex ministro de Economía de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y de Manuel Hinds, quien fuera ministro de Finanzas durante el período cruel de exterminio de opositores en El Salvador, durante el gobierno de Roberto D’Aubuisson y sus seguidores. Los PRO ni deben saber que Vargas escribió La fiesta del chivo precisamente para condenar a un emblemático dictador latinoamericano, el dominicano Rafael Trujillo, quien, hace 40, terminó sus días en una emboscada hecha por sus opositores. Vargas LLosa, desde la ficción, da una clase de lo que son los dictadores. Ahora, desde la realidad del Sheraton, prefiere codearse con dictadores y aborrecer a los populistas.

Estos cavernícolas que se dan cita bajo el paraguas de Macri no son vistos con los mismos ojos por los PRO de Horacio Rodríguez Larreta que por los PRO de Gabriela Michetti. La pelea está lanzada. La diputada y ex figura estelar de Macri ni fue a la conferencia de prensa de su jefe y se queja abiertamente de que el lanzamiento del rabino Sergio Bergman fue algo urdido en las incubadoras PRO. Michetti sabe que las encuestas le dan mejor a Macri que a ella en primera vuelta, pero también debe tomar nota de que el sectarismo de su jefe lo dejará solo en el seguro ballottage que tendrán con el candidato del Frente para la Victoria (FPV). Y el rechazo que genera Macri en los votantes es mayor aún entre los partidos políticos que se presentarán en los comicios del 10 de julio en la Ciudad. La decisión del PRO sobre quién los representará en la Capital puede ser por estos días. También se aceleran los tiempos para saber quién será el elegido para expresar al FPV y, sin duda, los tres precandidatos esperan con mucha mesura la decisión de la presidenta. Las encuestas lo favorecen notablemente a Daniel Filmus, pero eso no es lo único que tendrá en cuenta Cristina. Algo que será fundamental tiene que ver con la capacidad de diálogo y de convocatoria que cada uno de ellos exprese con los aliados, tanto los de Diálogo por Buenos Aires –Aníbal Ibarra– como de Encuentro –Carlos Heller–, los seguidores de Jorge Telerman, los simpatizantes de Samuel Cabanchik, también por los socialistas, humanistas y radicales que en la Ciudad se identifican con el FPV. La alianza mayor será de cara a la segunda vuelta del 31 de julio, cuando se sepa si los votantes de Proyecto Sur (que todavía no se sabe si tendrán a Pino Solanas o a Claudio Lozano como candidato) o de Luis Zamora, se vean convocados o no por quien represente a Cristina en la Ciudad. Un frente ciudadano contra la continuidad de una derecha cruel e insensible en la Capital podría ser una gran noticia. Algo que debe cocinarse a fuego lento, seguramente, porque cada fuerza política y cada candidato quieren competir para ganar, pero que también debe empezar a fijar pautas y consensos para que las peleas entre fuerzas progresistas no terminen espantando a los votantes antiPRO.  Por Eduardo Anguita

Aprueban decision de nombrar directores

MAS DEL 84 POR CIENTO APRUEBA LA DECISION DE NOMBRAR DIRECTORES EN PRIVADAS CON CAPITAL ESTATAL



LA OPINION DE LA GENTE MAYORITARIAMENTE SE PRONUNCIO A FAVOR DE LA PARTICIPACION ESTATAL EN LAS EMPRESAS Y QUE LA ANSES INVIERTA SUS RECURSOS EN FIRMAS ARGENTINAS

ESCANDALOSAMENTE, TENARIS Y SIDERCAR,  DOS FIRMAS DE TECHINT,  CONCENTRAN MAS DE 44 MIL MILLONES DE PESOS SIN DISTRIBUIR Y EN AMBAS LA ANSES POSEE ACCIONES

El 84,9% de los entrevistados consideró acertada la decisión del gobierno nacional. Además, el 61,3% dijo estar de acuerdo con que la ANSES invierta sus recursos en firmas argentinas. Más de la mitad criticó la actitud de Techint. Por Hernán Cocchi. Tiempo Argentino.


El fantasma de la “venezuelización” fogoneado luego de la decisión de la ANSES de nombrar directores en empresas privadas con capital estatal no prendió. Según una encuesta realizada por Ibarómetro, el 84,9% de los entrevistados aprueba la designación de representantes en las compañías para ejercer los derechos políticos sobre las acciones heredadas de la estatización de las AFPJ. Pero el dato que más llama la atención es que un 61,3% está de acuerdo con que la Administración Nacional de la Seguridad Social invierta en firmas argentinas, lo que no sólo implicaría un aval a la medida del gobierno sino también que se busque ampliar la participación pública en compañías. La “preocupación” y la “polémica” de la que hablaron los medios de comunicación en los últimos días no encontraron el aval buscado por empresarios y periodistas.
Las respuestas ponen en duda los grandes titulares escandalosos de la última semana y las advertencias sobre la inseguridad jurídica derivada de la decisión gubernamental. El 57% de los entrevistados afirmó que conoce la información y el 47,3% considera correcto que el Estado deje de ser un socio “bobo” en las empresas privadas. Por el contrario, el 25,3% estima que el anuncio se trata de “un atropello y un camino a la estatización”.

Cuando la decisión ya estaba tomada y los empresarios no lograron socializar sus miedos, los medios de comunicación intentaron instalar una “propuesta alternativa”, que implicaba aceptar la participación del Estado en los directorios de las firmas, pero limitando sus atribuciones. El 43,7% de los encuestados telefónicamente por Ibarómetro rechazó esta idea y respondió que los nombramientos deben ser proporcionales a las inversiones en cada una de las empresas. Mientras que un 28,4% sólo admite que esa representación esté limitada al 5%.

Cuando el gobierno decidió estatizar a las AFJP para garantizar las jubilaciones de los trabajadores ante la inminente quiebra del sistema de capitalización, las inversiones de esas firmas en acciones de empresas privadas fueron heredadas por la ANSES. A partir de allí, el Estado participa en 42 compañías a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que gestiona el organismo encabezado por Diego Bossio. De ese total, ya fueron nombrados directores en 22 sociedades. Una de ellas es Central Puerto, controlada por el holding Sadesa, que genera electricidad en el puerto porteño y de la que el Estado posee el 3,95%. Cabe destacar que ese porcentaje es uno de los más bajos de todas las participaciones accionarias. El titular de la ANSES, Diego Bossio, consideró la decisión como “lo más justo”, y señaló que fue tomada para “defender la distribución de utilidades en favor del Fondo de Garantía Social”.
“Es curioso que los mismos que hablan de seguridad jurídica ahora no quieren repartir dividendos”, afirmó Cristina Fernández al defender la vigencia del Decreto 441, por el cual el Estado decidió incrementar su participación en el directorio de la poderosa Siderar, de la cual posee el 26% del paquete accionario. La encuesta realizada por Ibarómetro revela que el 55,6% rechaza la decisión de Techint de no dejar ingresar a los representantes del gobierno a su directorio. Además, el 54,2% está de acuerdo con que “si las corporaciones empresarias quieren definir políticas, que vayan a elecciones”, como manifestó la mandataria. “Yo espero que la justicia sabrá poner las cosas en su lugar, porque es lo que reclamaría cualquier argentino”, anunció la presidenta el lunes en Casa de Gobierno, en respuesta al anuncio de Techint.
La encuesta, realizada el miércoles sobre 800 casos de la Ciudad de Buenos Aires y los primeros dos cordones del Conurbano, reveló también que el 60% de los entrevistados evalúa “muy bien” o “bien” la gestión del gobierno nacional y que el 35,1% la considera “bastante mala o muy mala”.

DOS FIRMAS DE TECHINT CONCENTRAN 44 MILLONES SIN DISTRIBUIR
En ambas la  Anses posee acciones

Se trata de Tenaris y Siderar, cuya asamblea de accionistas de una semana atrás fue declarada nula por las autoridades.
  El martes pasado, la sociedad Tenaris, controlada por el Grupo Techint y dedicada a la producción de tubos de acero sin costura para la actividad petrolera y del gas, presentó su balance de 2010 en la Bolsa de Luxemburgo. Tenaris es el nombre que adoptó desde 2001 la vieja Dalmine
-Siderca, fábrica de la zona de Campana que tuvo ese nombre desde 1962. Incluso hay un club de fútbol del ascenso, Villa Dálmine, que creció a la sombra de ese gigante del acero.
Pero Tenaris se constituyó en Luxemburgo. Por eso, en la Argentina está sujeta al artículo 118 de la ley de sociedades comerciales, que trata de las sociedades que han sido constituidas en el extranjero y operan en el país.
En la página 27 del reporte anual, la firma consigna que tiene como capital y reservas atribuibles a los tenedores de acciones de la compañía la friolera de U$S 9.092.164.000, es decir, $ 37.096.029.120, o poco más de 37 mil millones de pesos.
Justamente, el jueves pasado, un informe del Banco Ciudad consignó que las utilidades sin distribuir de Tenaris ascendían a U$S 7870 millones, unos $ 31.200 millones, sin contar con los agregados, actualmente, en el balance de 2010.
El dato grafica la magnitud de los recursos que están en manos de las empresas en las que la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) tiene participación accionaria y no han sido distribuidos aún, sin que medie una causa concreta para ello. La ANSES posee el 3,5% de Tenaris, lo que le da derecho a tomar $ 1300 millones de esa reserva sin destino preciso.
Siderar, otra empresa del Grupo Techint y que ha sido el epicentro del conflicto entre el gobierno y el grupo que comanda Paolo Rocca, posee $ 6800 millones en resultados no asignados, de los que casi el 26% pertenece a la ANSES, es decir unos $ 1760 millones.
Otras empresas en la que ANSES es parte accionaria mantienen dinero fresco sin distribuir. Es el caso de Transportadora de Gas del Sur, que posee $ 1145 millones de los que $ 265 pertenecen a la ANSES por su participación accionaria (del 23,1%), Petrobras Energía, con $ 6204 millones acumulados sin distribuir y de los que $ 418 millones son de la ANSES por su tenencia del 6,7% del capital social de la filial argentina de la empresa mixta brasileña, o el de BBVA Banco Francés, que posee $ 1832 millones no distribuidos, de los que $ 137 millones corresponden al organismo previsional por la propiedad del 7,5% del banco de capitales españoles.
El gobierno ha decidido “recuperar” su parte de los resultados no asignados. En total, unos $ 6300 millones, poco menos del 10% de los más de $ 65 mil millones en esa condición en las 43 empresas de las que ANSES posee acciones

Reflexiones en torno a la condicion de un intelectual


Reflexiones en torno a la condición de un intelectual


OPINION. Por Horacio González. Sociólogo. Director de la Biblioteca Nacional


VARGAS LLOSA Y RAUL SCALABRINI ORTIZ 

Sería interesante pensar –discretamente, pues casi todo ya ha sido pensado sobre la condición del intelectual. Pero posterguemos unas líneas la aparición de Vargas Llosa y en primer lugar veamos el caso de Raúl Scalabrini Ortiz. Me gustaría proponer que se trata de un intelectual sacrificial, al que defino como el que unge su prédica en términos de una misión trascendental. Nadie se la ha otorgado, pero se le va la vida en ello. Así, pone el sacrificio personal como precio de la verdad. Le sobrevuela la idea de suicidio, que Lugones había establecido, aunque no lo cometa. Su interés es por las grandiosas revelaciones. Las que suceden cuando en la conciencia colectiva se clavan los aguijones de la magna denuncia. Estas pueden consistir en el hecho de que todo está corroído. En que ha triunfado el mal bajo el nombre del bien, lo ilógico bajo el nombre de lo normal. Scalabrini abunda en estos temas; es su método para las reprobaciones. “Falso, todo es falso”, exclama angustiado cierta vez. Es que percibía una enaltecida trama cultural, pero dentro de ella se asfixiaba el país. Empréstitos ingleses, ferrocarriles ingleses, un Banco Central “hecho para los ingleses”.

Las tergiversaciones políticas que afectaban al cuerpo social las sentía en su propio cuerpo como malestar, oscura enfermedad. La escritura tenía, por eso, un aire febril. Era un sacramento. Equivalía a un síntoma, expresaba una dolencia. Ya en El hombre que está solo y espera había una idea antropomórfica de la naturaleza, de los ríos, el paisaje. Dice del hombre porteño, modo espiritual y mineral de la vida nacional: “Aventa las teorizaciones arqueológicas, poda la ampulosidad de los conceptos, humilla la arrogancia de los contextos legalistas y manumite al hombre de la artificiosa hojarasca literaria que le recubría...”. Con verbos un poco enrarecidos, señalaba un programa sensitivo, apoyado en grandes alegorías y recónditas energías vitales. Sin dictámenes letrados ni instituciones aúlicas. La teoría, la ley, la “hojarasca literaria”, como buen modernista, eran condenadas por Scalabrini. El asombroso éxito del libro, en 1931, le dicta un paradojal sentimiento. El del retiro del ruido mundano hacia el gabinete del estudioso que en soledad arroja sus dardos contra el demonio, como Lutero lanza su tintero en Wartburg.

Halperín Donghi le reprocha a Scalabrini que su estudio sobre cómo el país ha sido ahogado por el imperialismo inglés tiene un sabor demonológico. No es justo este dictamen, si se tratase de un acto sumario de descalificación. Sin embargo, es cierto que Scalabrini tiene una noción de culpa histórica y una tendencia a exorcizar los males colectivos desde una fuerza telúrica espiritualizada. Pero lo hace con una entrega inusual hacia la investigación de los archivos, que a partir de él pueden ser considerados yacimientos donde el destino de la ciencia convive con el sigiloso hechizo de los secretos que se guardan y deben ser revelados. Con él los archivos recobran el aire misterioso de cerrojo a la verdad que hay que revolver con intuición santa. Si se tiene en cuenta que el hombre de Corrientes y Esmeralda debía “aventar las teorizaciones arqueológicas”, para Scalabrini, hijo de un gran paleontólogo y autor de la célebre frase sobre “el subsuelo sublevado de la Patria”, no se presentaban tan fáciles las cosas. Cierta preferencia por hombres vitales y candorosos, abiertos hacia el mundo con su pudor casi místico, componía una parte de su libreto existencial. Pero había que excavar profundo, resguardarse de las acechanzas, expulsar de sí mismo la posible flojera ante fuerzas tan poderosas a ser denunciadas –un imperio–, y crearse una ética de soledad y esperanza para oscuras épocas de simulación.

Solamente Martínez Estrada llega tan lejos como Scalabrini en cuanto al profetismo laico que le atribuye a la tarea intelectual. Es cierto que estos dos hombres devocionaban cosas diferentes –uno, a la nación como redención moral; el otro, a la moral como forma vital de salvación–, pero usaban los mismos planos oculares, una misma hipótesis sobre lo insondable que emerge y se subleva. Ambos trataban sobre una escisión complementaria de un único momento: la verdad como encierro a liberar, lo falso que oprime en la superficie. El acto liberador debía constituirse, antes o después, en texto. Por eso, decimos ahora: cualquier canon nacional reconstruido debe poner a estos dos escritores frente a frente. Conmocionado, Scalabrini imaginó que los hombres del subsuelo que marchaban por las calles en 1945, no tanto salían con su libro en la mano, sino que salían “desde” su propio libro de 1931. Excesivo, Martínez Estrada pensó también que “desde” su libro de 1933, Radiografía de la pampa, emergían los personajes sociales que se manifestaban en la ciudad de esa misma década del ’40. Son dos intelectuales que conocieron por igual –diferencias políticas aparte– la fuerza del texto propiciador, incluso profético, y el martirio de su propia vida ofrecido como prueba de que los ensalmos salvadores no aparecían.

¿Persisten intelectuales de este rango? ¿Los años foucaultianos, con su intelectual cartógrafo o micropolítico, no los han desplazado? ¿Los modelos de investigación universitaria, las redes institucionales de tecnologías archivísticas y modelos de pesquisa, no los han convertido en anacrónicos? ¿Las foundations neoconservadoras no han creado una nueva figura del converso, el sepulturero más eficaz del pasado que lo persigue quedamente?

Sin embargo, se sigue devocionando a Rodolfo Walsh, que también cultivaba una noción de sacrificio, de aciagos días de justicia. Viñas había pensado mucho esta cuestión y había inventado un aforismo: a mayor criticismo, mayor riesgo. La tesis sobre el riesgo era también la punta trágica viñesca, pero en una época en que no había audibilidad para los lenguajes del tormento existencial. Ya Borges los había condenado por “patéticos”, en pleno momento del compromiso sartreano. Ensayó su respuesta en una literatura que refugió en grandes alegorías universalistas su profundo núcleo nacional y sembró sus alrededores de airadas conjeturas políticas. Terribles opiniones, verdaderos caprichos infantiles, convivieron con una magnífica obra que surge de los mitos más íntimos de la vida y el lenguaje. En cuanto a Cortázar, deslindó el problema y anunció en el preámbulo de Rayuela que no era concebible que un hombre pudiera cargar con los problemas y la representación de una nación: sincero reconocimiento de su propio juego literario.

¿Qué nos trae en cambio Vargas? No es el intelectual en su cartuja, pues está en el mundo, combate y caracolea. Curiosamente, retoma la idea de señalar las heridas del mundo para reencaminarlo, darle verdad frente a los hombres equivocados, como él dice haberlo estado, melancolía mediante, en los años sesenta. ¿Pero es el escritor destinado a conmoverse por los rumbos de una comunidad y lanzar sus profecías doloridas? Político que viaja con sus certificados, sus ujieres y palafreneros, alerta sobre los males presentes, por lo general resumidos en la expresión “totalitarismo”. Algo de aristocrática perversidad –se conoce su preferencia por el famoso y sutil escrito de Flaubert sobre las épocas de la historia entendidas según los tipos de zapatos femeninos– lo lleva a convivir con las incultas derechas argentinas. ¿Sufre allí su castellano apacible y bien modulado? No parece cuando suelta la lengua y arroja su tintero contra los demonios del populismo, ante la risa gorda de los recaderos del macrismo.

Pero de inmediato comprendemos que Vargas Llosa ha aprendido mucho de los políticos que actualmente frecuenta. Llega un momento en que modula la voz, retira adjetivos, calcula sus pasos, exhuma una distraída dulzura de hombre superior y acude al real goce del provocador, que es asumir la máscara ritual del fauno herido en su momento de prudencia y calma: “No vine a provocar”. Es que con los antiguos elementos del intelectual que llamamos sacrificial, actúa protegido por penumbrosas fundaciones, corporaciones mediáticas y conglomerados de derecha. Pero no corre riesgos, lo protegen símbolos de intocabilidad. Aunque su caso demuestra que estamos debatiendo sobre la historia viva del intelectual latinoamericano de la contemporaneidad, pues como sea –sofocados, invertidos, transfigurados, astutamente alterados–, los motivos de Vargas saben despertar un interés libertario. Late en ellos su drama personal, restos apagados de viejos debates, recuerdos que ahora sólo parecen amables conversaciones con aduladores de turno, y que en algún momento debieron ser turbulencias como las que ahora permanecen en el espíritu de los intelectuales latinoamericanos que viven en la espesura de la historia actual y no en el foro de las convenciones de las derechas mundiales.

¿Pero es de derecha Vargas Llosa? La genealogía del inquisidor, convertido luego en el moderno comisario político, es de las historias que despiertan inmediata adhesión. El la cuenta bien. ¿Quién las cuestionaría? Todos desearíamos ser hijos de la crítica a la intolerancia. Y efectivamente lo somos, al punto de una verdad a la que Vargas no ha llegado. Porque los verdaderos enemigos de la intolerancia, lo somos porque –nuevamente–, estamos inmersos en la dialéctica del lenguaje, en sus grandes paradojas, y menos en lo que ahora, en Vargas, es la cómoda linealidad de un liberalismo cuya ambigüedad da por descontada. Es liberal para trazar la historia de la modernidad y es liberal mientras se palmea con Hernán Lombardi. ¿No hay diferencias entre ambas acepciones? Entonces, su condición de hombre de derecha la da menos su vieja problemática literaria impregnada de una chispa que sin duda no ha cesado –pues piensa como un ironista liberal puro–, que su falso candor, repleto de ardides. Los ha mostrado, “encantadoramente”, en su discurso de la Feria. Y en verdad es encantador, hasta que el peso de la historia una y otra vez pone pesadas comillas en esta frase, sin abandonarla.

En su discurso desgranó estos temas, entre afirmaciones interesantes pero vagas, y trivialidades que no dejaban de ser simpáticas. Se mostró como si un personaje del Marqués de Sade, ahogando sus pasiones previsibles, se transformara en un amable conversador que da explicaciones sobre sus buenas novelas de iniciación de un modo que lo acerca –es una pena– a las pedagogías obligatorias de la globalización. El gran hombre relata sus complacientes fórmulas luego de darle consejos a la Presidenta y rezongar sobre premios como lo haría algún espíritu escéptico del siglo XVI. Como diría Sartre, su sinceridad suena de mala fe. Me gustó escucharlo. No dejó de coincidir con las palabras que en espejo poco antes dijo Bergoglio, ambos asombrados de tanta “crispación”. Dijimos que había “dos” Vargas Llosa. Ahora pienso que hay muchos, variados géneros multicolores de “Vargas Llosa”, replicantes que habitan un solo cuerpo. Interesante enigma, que nos instiga luego de este debate, que no fue vano, a respetar esas banalidades donde se cuela la tragedia real del novelista que es, y a imaginar un nuevo tipo de intelectual latinoamericano que permita el balance entre aquel éxtasis scalabriniano y este candoroso liberalismo vargaslloseano. En su misma exposición, la palabra “liberalismo” se mostró una de las tantas máscaras abstractas que no logra abarcar el conjunto de temas de un debate que excede –lector de Madame Bovary como él es y somos todos–, sus pasmosas ensoñaciones, ingenuidades y sofismas. Nadie le pide bolivarismo, en cambio es afligente su bovarysmo.Publicado en lsu edicion de hoy, vie