martes, 26 de julio de 2011

EL MIDACHI Y EL VOTO "SALAME". UN ANALISIS ENTRE LA INCOMPRENSION, EL ASOMBRO Y EL "ASCO"




PARA HERNAN BRIENZA, EL SUFRAGIO A DEL SEL, ES UN VOTO DE LA NO POLITICA, INMANEJABLE, QUE NO TIENE LOGICA Y QUE PERFORA LA ACCION DE TODOS LOS DEMAS PARTIDOS POLITICOS, YA SEA DEL OFICIALISMO COMO DE LA OPOSICION.

CUANDO REUTEMANN SORPRESIVAMENTE LLEGO A LA GOBERNACION DE LA PROVINCIA UTILIZANDO UNA MOTO Y UNA CAMPERA,  EL TIGRE CAVALLERO Y JORGE OBEID, POLITICOS Y MILITANTES, ERAN LOS INTENDENTES DE ROSARIO Y SANTA FE. SOCIALISTA UNO, PERONISTA EL OTRO.  ENTRE LOS DOS TRATABAN DE SACAR CONCLUSIONES Y ENTENDERLO A ESTE NUEVO “PERSONAJE” QUE SE INCORPORABA A LA POLITICA DESDE SU IMPULSO COMO CORREDOR DE LA F1 T SANTAFESINO TRIUNFADOR.  NINGUNO LA ENCONTRABAN, NINGUNO DE LOS DOS LO ENTENDIAN PORQUE NO ERA POLITICO Y NO TENIAN LA MENOR IDEA DE CÓMO PENSABA Y CON QUE IBA A SALIR

ES UN DATO DE ESTA REALIDAD QUE NUEVAMENTE PLANTEA EL COMICO Y QUE DATA FUNDAMENTALMENTE DE LOS 90., Y QUE SE TORNA INMANEJABLE POR LA SENCILLA RAZON DE QUE EL VOTO NO POLITICO , ES INCOMPATIBLE DESDE LA LOGICA POLITICA PORQUE SE MUEVE POR SIMPATIAS, POR HUMORES, POR CLIMAS, PERO PORQUE ADEMAS SE RESIENTE LA CALIDAD DE GESTION DE LA POLITICA

OPINION. Por Hernán Brienza Periodista y escritor y politólogo. Tiempo Argentino.

“Cuál es el verdadero dilema que plantea el aluvión de votos a Miguel del Sel en la provincia de Santa Fe? Para responder esta pregunta, hay que analizar al menos tres cuestiones: su naturaleza, su significado, su proyección a futuro. Sólo así se puede hacer un diagnóstico que supere la incomprensión, el asombro o el “asco”, según el lugar desde dónde uno lo estudie. ¿Y por qué hay que pensarlo? Sencillo, porque es un voto de la no política, inmanejable, que perfora la lógica de acción de todos los demás partidos políticos, ya sea del oficialismo como de la oposición.

1- Las características del voto a Del Sel son diferentes a las del sufragio cosechado por Mauricio Macri en Capital Federal. El Midachi no ganó en las zonas urbanas sino en las zonas de los cordones periféricos a las ciudades y el interior de la provincia y, además, nada indica que sea un voto atravesado por la clave social: no votaron a Del Sel sólo los “ricos sojeros”, o la “clase media tilinga” –aunque quizás parte de esos sectores aportaron su voto ideológico, duro, hacia el PRO–, sino que también recibió el voto peronista tradicional –reutemista, menemista, como quieran llamarlo– que hunde sus patas en los sectores humildes de la provincia. Lo “popular” toma así un cariz diferente a la positividad que tiene tradicionalmente para los sectores progresistas. “Los pobres votan en contra de sí mismos” es el axioma que utilizan estos sectores –no exentos de prejuicios y discriminación social– y que se parece peligrosamente al llamado al voto calificado de Fernando “Pino” Solanas respecto de su análisis de las elecciones salteñas.

2- El voto a Del Sel es un voto “no político”. Por esto no entiendo un voto antidemocrático sino un sufragio que no atiende a la lógica, las razones, los discursos y el relato político. Si bien todo voto es afectivo y racional al mismo tiempo, el de Del Sel está caracterizado por la “representatividad”. Todos votamos en última instancia a quien creemos que es como nosotros mismos, pero que se dedica a la política. En el caso del cómico de Midachi ese perfil se agudiza: “Es como nosotros, incluso nunca se metió en política.” La empatía se ve reforzada por el hecho de que efectivamente Del Sel, como uno, no sabe de política, no sabe de economía, ni de gestión. Ahora bien, ¿qué significa que a una gran parte del electorado no le importa que un gobernador no sepa de política? Significa que no tiene ninguna estima por la política, o que no llega a comprender por qué la política es fundamental en su vida. En algún punto es un “voto salame” o “voto Clemente”, es decir aquel voto “pillo” que en las legislativas de 2001 le enviaba un mensaje al gobierno de Fernando de la Rúa diciendo que da lo mismo que gobierne una feta de salame, o Clemente, o Del Sel, a que lo haga un político tradicional. Lo curioso es que en aquellos años esa opción se daba en la crisis más profunda que ha tenido el capitalismo en democracia; en cambio en Santa Fe se produjo en el momento de mayor bonanza económica que tuvo el país en los últimos 60 años. Por lo tanto, este tipo de voto está allí agazapado desde el menemismo para surgir en cualquier momento y cualquier circunstancia. Que se entienda bien: no estoy diciendo que el que vota a Del Sel es un salame o que emitió un sufragio equivocado, sino que es un tipo determinado de elección que remite al descontento de aquella experiencia.
Lo molesto de este voto es que es muy difícil de contrarrestar, porque no tiene lógica. El gobierno nacional ha sobreinterpelado políticamente a la población, ha politizado todos los espacios, los ha atravesado por un discurso, un relato, una lógica que están atravesados por lo ideológico, por las formas de gestión, por los resultados de un modelo que ha sido quizás el más exitoso de la historia argentina. No hay índices que se resistan a esta afirmación, y lo peor es que a pesar de eso, un amplio sector del electorado responde: “No me importa, voto a este señor porque es cómico y me hace reír.”

3- El voto a la imagen popular surgió en los años noventa. Carlos Reutemann, Daniel Scioli, el Soldado Chamamé, Ricky Maravilla son experiencias más o menos felices de este fenómeno que encontró su nueva ola en el voto Alika-alikate de Francisco de Narváez. En este último caso podía tratarse de un caso aislado. Pero con la llegada de Del Sel, ya habrá que ir pensando que se trata de una fórmula específica de acceso o de entrada a la política. En los casos de Reutemann y de Scioli, más allá de los gustos ideológicos, nadie puede negar que –a pesar de su falta de discurso y relato– han ingresado, se han ido politizando. Por suerte, otras experiencias más ramplonas no han logrado acceder al poder, como en el caso de Del Sel, por ejemplo. El futuro es imposible predecirlo pero se estima que de ahora en más Doña Jovita tendrá posibilidades en Córdoba, o Luis Landriscina de ser canciller de la República si gana alguna vez el PRO, porque la construcción de los candidatos “no políticos” (por fuera de la profesionalización) llegaron para quedarse.
¿Cuál es el verdadero problema de esto? Sencillo: primero, que el voto “no político” es inmanejable, es incompatible desde la lógica política, porque se mueve por simpatías, por humores, por climas. Segundo y último, porque se resiente la calidad de gestión de la política

No hay comentarios:

Publicar un comentario