martes, 12 de julio de 2011

PARA FITO PAEZ BUENOS AIRES ESTA HOY HECHA UN ESTROPAJO, EN UNA FERIA DE GLOBOS, QUE VENDE LIBROS IGUAL QUE HAMBURGUESAS...





FITO COMO CIUDADANO DE LA CIUDAD AUTONOMA, DESNUDA A BUENOS AIRES AL ESTILO DE DISCEPOLIN Y A LA MITAD DE LOS PORTEÑOS LES ARROJA SOBRE EL ROSTRO UNA CRUDA VERDAD.: “LES GUSTA TENER EL BOLSILLO L,LENO, A COSTA DE QUE, NO IMPORTA, Y LO QUE ESA MITAD ESTA SIENDO O EN LO QUE SE ESTA TRANSFORMANDO, CADA VEZ CON MAYOR VEHEMENCIA DESDE HACE UNAS DECADAS, REPUGNA…”

TREMENDAMENTE ACIDO, DURISIMO. FITO, DICE QUE “LA MITAD DE BUENOS AIRES DA ASCO. HACE TIEMPO QUE LO VENGO SINTIENDO, PERO DEL MOMENTO NO CABE OTRA COSA” Y LO DICE ASI: REPULSION POR UNA CIUDAD QUE SUPO SER MARAVILLOSA, CON GENTE MARAVILLOSA. EFECTO DE DECEPCION PROFUNDA ANTE LA NECEDAD GENERAL DE UNA CIUDAD QUE SUPO SER MODELO DE CASA Y VANGUARDIA EN EL MUNDO ENTERO.

“SIENTO QUE EL CUERPO CELESTE DE LA CIUDAD SE RETUERCE EN ARCADAS AL VER A TODA ESTA JAURIA DE INEPTOS LLEVAR POR SUS CALLES UNA CORONA, QUE HOY LE CORRESPONDE POR EL VOTO POPULAR, PERO QUE NO ESTA HECHA A SU MEDIDA”

EN SU ULTIMO TRAMO AFIRMA QUE NO QUIERE EUFEMISMOS. “BUENOS QUIERE UN GOBIERNO DE DERECHAS, PERO DE DERECHAS CON PAPERAS. SIMPLONES ENCONDIENDOSE DETRÁS DE LA MASCARA SINIESTRA DE LAS FUERZAS OCULTAS, INMANENTES DE LA ARGENTINA, QAUE NO VAN A ENTREGAR TAN FACILMENTE LO QUE SIEMPRE TUVIERON, LAS RIENDAS DEL DOLOR, LA IGNORANCIA Y LA HIPOCRECIA DE ESTE PAIS…”

TEXTO COMPLETO DE LA CONTRATAPA DE PAGINA 12, FIRMADA POR FITO PAEZ, COMO CIUDADANO DE BUENOS AIRES



Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.

Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.

Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.

No quiero eufemismos.

Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere  para sí misma,

No hay comentarios:

Publicar un comentario