viernes, 12 de agosto de 2011

" EL TIEMPO LE ESTA DANDO LA RAZON A NESTOR Y CRISTINA" ; DANIEL SCIOLI

HABLA DE PÒLITICA  CUANDO SE APRESTA A LIBRAR “LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS “, LA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. ·


EL GOBERNADOR DE BUENOS AIRES BUSCA SU REELECCION  EN UN DISTRITO CLAVE. ES LA PROVINCIA QUE AGLUTINA EL 37,7 POR CIENTO DEL PADRON NACIONAL. EN ESTA NOTA HABLA DE SU RELACION CON EL GOBIERNO NACJONAL Y LAS DIFERENCIAS DE ESTILO CON CRISTINA, DE LOS DESAFIOS DE SU GESTION Y LAS CRITICAS DE LA OPOSICION

Por nestor leone: Revista Debate

Hiperactivo. Optimista. De buen humor. Reacio a las definiciones terminantes y concluyentes. Eficaz para comunicar lo que quiere decir. Hábil para neutralizar preguntas más o menos incómodas. En definitiva, un Daniel Scioli auténtico. En esta entrevista, entre actos y recorridas de cierre de campaña, el gobernador de la provincia de Buenos Aires habla de política. De lo que hizo en sus cuatro años de gestión y de lo que le falta, o tiene pendiente. De su relación con el gobierno nacional y de las diferencias de estilo con Cristina. De lo que se dice, se espera o se presupone de él, y de lo que hace o tiene pensado hacer. De su presente político y de su futuro. Con alta imagen positiva e intención de voto, busca su reelección en un distrito clave. La madre de todas las batallas, según se dice. En la provincia que aglutina el 37,3 por ciento del padrón nacional. Nada menos.

Más allá del microclima político que comparten dirigentes, periodistas y militantes, las primarias parecen no haber anclado en la sociedad como una instancia en la que se deciden cosas importantes. ¿Qué representa para usted la elección del domingo?
Representa un salto cualitativo en la organización de las elecciones generales. Es un nuevo ordenador de los candidatos a través de la participación ciudadana. Y eso hay que valorarlo. Las internas contribuyen a transparentar, a movilizar, a fortalecer los espacios políticos. Y, en definitiva, a respaldar a los candidatos. Creo que es un gran logro del gobierno nacional.

También se escucharon críticas sobre el carácter innecesario y costoso de la elección de parte de algunos opositores y ciertos analistas.
A veces admiramos países que han implementado este sistema o alguno parecido, y cuando lo hacemos acá, lo criticamos, ¿en qué quedamos? Criticamos cuando se eligen los candidatos a dedo y cuando se eligen democráticamente, también criticamos. ¿Cómo se entiende?

Una de las tareas del lunes próximo será hurgar en el escrutinio y ver quién sacó más votos: si usted como candidato a gobernador o la Presidenta. Usted sabe, será así.
Pero ésa es una especulación mezquina. Lo que buscamos es, por sobre todas las cosas, que la Nación siga creciendo, que la provincia avance y que este trabajo en equipo se proyecte hacia el futuro. Lo demás me tiene sin cuidado. Sobre todo en este contexto internacional. Algunos dicen: “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Sea o no así, si no fortalecemos el rumbo del país, no vamos a aprovechar las oportunidades que se nos presenten. En el estado en el que está el mundo hoy, es de necios no reconocer el valor de decisiones clave que aquí se han tomado, como la reestructuración de la deuda o la apuesta por hacer más vigoroso el mercado interno. Está visto que estas medidas permiten que la Argentina no esté sufriendo las consecuencias que se están viendo en otros lugares.

¿Considera que el país está bien parado, a pesar de la incertidumbre global que existe?
Sí. La Argentina sigue creciendo y está sólida. No es un invento esto que digo. Miremos, si no, el nivel de reservas. El Gobierno puso el esfuerzo en la economía real, en la producción y el trabajo, y no en la especulación financiera. Hoy, el país está desendeudado, social y económicamente. Entonces, mientras en el mundo hay recesión, acá estamos creciendo; mientras en el mundo no se sabe qué será de las hiperdeudas, aquí hay desendeudamiento; mientras que los países desarrollados ajustan gastos sociales y recortan inversión en educación, aquí se apuesta más a inversión social y a educación. La diferencia es notable.

¿Qué cree que le trajo su gestión a la provincia? ¿Qué marca, qué sello dejó que no tenía al llegar? ¿Qué es lo que no le habían dado sus predecesores?
El gran cambio fue el enfoque distinto en la organización económica, fiscal y financiera de la provincia. Hoy tenemos el sistema fiscal más progresivo del país, los ingresos están atados al crecimiento y existe una ley de promoción industrial que nos ha posicionado de manera muy competitiva y beneficiosa para invertir. Además, la provincia dejó atrás la etapa en la que estaba encerrada en sus propios problemas: trabaja con la Nación, con los municipios, buscando lo mejor para cada rincón del territorio. Los avances están a la vista. En ese sentido, el pueblo de la provincia de Buenos Aires va a expresar en las urnas el agradecimiento que tiene hacia el gobierno nacional, por el rumbo que ha seguido el país y por las decisiones que ha tomado la Presidenta en favor de la provincia.

Ciertas brechas sociales y la persistencia de indicadores negativos, supongo que serán materias pendientes. Sobre todo en el conurbano.
Siempre pongo énfasis más en lo que falta que en aquello que hemos hecho, en la búsqueda de completar la tarea que se comenzó. Trabajo para eso. Se ha hecho mucho en cuanto a servicios esenciales, pero hay que terminar con las obras de cloacas, de asfalto, de agua potable, solucionar los problemas habitacionales a través de una política que fomente las oportunidades en el interior y hay que seguir avanzando en la construcción de parques industriales y polos productivos. Son esas cosas las que nos van a permitir que la gente viva mejor.

Respecto del tema seguridad sucede algo raro: permanece en la percepción de la sociedad como un problema, pero no con el nivel de gravedad con el que antes se hablaba del tema. ¿Lo ve así?
Hemos generado acciones que van desarticulando las organizaciones delictivas.

Pero el problema subsiste.
El problema existe y estamos trabajando para resolverlo, como hacemos con otras cuestiones. La sociedad, obviamente, también se conmueve cuando aparecen hechos que se quieren instalar, como en el caso de Ayacucho. Se dijo que hubo un asalto, que una beba había muerto como producto de ese hecho, y resulta que no fue así. En su momento, pedimos prudencia, responsabilidad y que esperáramos el resultado de las pericias. Nada de eso se hizo: se convocaron marchas y movilizaciones para sorprender en su buena fe al pueblo de Ayacucho. Pero no sólo los resultados de las pericias fueron contundentes, sino también el testimonio desgarrador de la mamá. ¿Quién se hace cargo de eso?

¿A qué se lo adjudica?
A la utilización política que se hace de estas cosas. 

¿De parte de quiénes?
A quien le quepa el sayo que se lo ponga. Ahí hubo dirigentes locales que pidieron la destitución del intendente. Y otra gente que se subió a ese carro. 

Si se le pregunta sobre tres ejes a desarrollar de aquí hasta el final de su potencial nuevo mandato, ¿qué contesta?
En primer lugar, aumentar el producto bruto en forma considerable y modernizar la provincia. Por otro lado, urbanizar los asentamientos precarios del conurbano, con acceso a servicios básicos. Y continuar con el rediseño de políticas que estamos implementando desde que asumimos.

¿Cuál es la situación financiera de la pro- vincia, luego de las renegociaciones de su deuda?
La provincia ha optimizado sus recursos genuinos, pero hay un tema estructural que tiene que ver con la coparticipación y con el congelamiento en pesos de los fondos del conurbano, que se ha ido devaluando en términos reales. Eso, ¿cómo es compensando? Con la ayuda de la Nación.

Será, supongo, una de las tareas pendientes, en la discusión con el gobierno nacional, de acá a 2015.
Sí. Pero, mientras tanto, no es que no hacemos nada. Buscamos, en todo momento, mayor crecimiento, con más ingresos genuinos para la provincia.

Se habló mucho de la elección de su candidato a vice: que le habían impuesto a Gabriel Mariotto, que usted hubiese elegido otro perfil, que estaba severamente disgustado, que sería su comisario político.
Hace diez años que vengo escuchando las mismas cantinelas, las mismas anécdotas, salvando las distancias y las personas. Siempre lo mismo.

¿Qué aporta Mariotto a la campaña y a la fórmula?
Es un dirigente con gran vigor y un peronista que tiene mucha militancia, con responsabilidades importantes y mucha voluntad de trabajar y de sumar esfuerzos.

El perfil de Mariotto hasta aquí, de todos modos, ha sido más bajo que el de costumbre.
Nos distribuimos tareas. Esto lo hablamos a principios de la campaña. Él visita algunos municipios y yo visito otros; él participa de algunos actos, yo participo de otros. Y, después, compartimos algunas actividades.

Ciertos analistas, ciertos medios, le piden diferenciarse del gobierno nacional. Y, cuando pueden, le pasan factura. En estos días, por ejemplo, comparándolo con José Manuel de la Sota.
Busco lo mejor para la provincia. Y cada vez que decido, no decido por mí, sino buscando lo mejor para sus dieciséis millones de habitantes.

Es como si esperasen una diferenciación que no llega en los términos que ellos pretenden.
No reparo en esas cosas. Acá lo importante es el sentido del deber que tengo para gobernar esta provincia y tomar decisiones que beneficien al conjunto.

Lo que parece evidente son las diferencias de estilo entre el gobierno nacional y el suyo. Formas distintas de comunicar, de construir políticamente.
A mi manera, busco lo que entiendo que es bueno para la provincia y me comunico de una forma determinada, con mi estilo. Punto. Siempre fue así. Respecto de la Presidenta, cada uno actúa con su personalidad, con su estilo, pero siempre juntos y comprometidos con este rumbo del país, que ha traído muchas soluciones concretas. No sé por qué se plantea este tipo de cosas, si es lo más natural. Uno puede tener un amigo de muchos años, compartir muchas cosas y, sin embargo, tener personalidades distintas. Estoy hace veinticinco años con Karina (ndr: Rabolini, su mujer), y ella tiene una personalidad muy distinta a la mía. Muchos pueden pensar: “¿Cómo hacen para estar juntos desde hace tanto tiempo?”. ¿Cómo? Porque tenemos un compromiso, un objetivo en común, un proyecto de vida. Eso es así. Lo que me parece raro es que haya gente que no lo entienda.

Cuando usted llama a evitar la agresión en un spot o cuando dice que es un facilitador de soluciones que no crea conflictos, está marcando esa diferenciación, de alguna manera.
Si siempre fui así, ¿por qué se extrañan? ¿Cuál es la novedad? ¿O alguna vez fui una persona que generó conflictos o puso palos en las ruedas de otros? Es mi manera de ser.

¿Le molestó que se hayan habilitado otras candidaturas a gobernador por el kirchnerismo? Mario Ishii, para las primarias. Y Martín Sabbatella, con lista de adhesión.
Confío y creo en el trabajo que estoy haciendo y me parece importante fortalecer el rumbo nacional para que esto haga posible un mayor crecimiento de la provincia y sus municipios.

¿Suman o restan, desde su punto de vista?
El tiempo dirá. Veremos.

Lo de Ishii se leyó como una forma de disciplinar el supuesto enojo de algunos intendentes del conurbano, molestos con el cierre de listas.
Lo importante es que el 15 de agosto todos los sectores estemos juntos para lo que viene, unidos en el compromiso de llevar adelante el gobierno nacional y el provincial. En estos días hemos tenido varias muestras de que esto va a ser así.

Luego de la elección de 2009 se habló mucho de “intendentes que habían hecho la suya”, no aportando todo lo que tenían para aportar.
Miremos para adelante. Ya pasó 2009. Que- darnos ahí, analizando lo que pasó, lo que no pasó, lo que pudo haber pasado, lo que se dice que supuestamente pasó, no sirve. No soy analista de elecciones. Trato de entender el sentido de los votos, comprender las nuevas demandas y no renegar contra los resultados y la expresión de la gente. Cuando las cosas no salen como queremos, tenemos que esforzarnos más para cumplir mejor las expectativas. Creo que es lo que venimos haciendo.

Candidatos a gobernadores de la oposición dicen que usted se maneja con criterios arbitrarios según quién gobierne los municipios. ¿Qué responde?
No, de ninguna manera. Si hay algo que hemos hecho, reconocido por intendentes radicales y vecinalistas, es dar la mayor coparticipación posible en términos reales. Acá no hay municipios chicos, ni intendentes discriminados. Se busca lo mejor para cada uno de ellos.

¿Qué cree que va a suceder con el “voto del campo”? La elección en Córdoba es difícil de analizar en esos términos porque el kirchnerismo no tenía un candidato definido, pero en Santa Fe parece haber existido un claro voto de rechazo de ese sector.
Se ha trabajado mucho en la agenda de demandas del sector y se ha avanzado en muchos aspectos. Los pequeños y medianos productores así lo ven. En mis recorridas por el interior de la provincia parece claro. Como en otros sectores, puede haber temas pendientes, pero estamos trabajando para solucionarlos. Por ejemplo, la normalización de la comercialización del trigo. Pero son estas políticas nacionales las que dan la posibilidad de que, para el bien del país, el campo pueda producir más. Eso el productor lo sabe. Y el país sabe el impacto que tiene esto en términos directos e indirectos, a partir de los puestos de trabajo que se van generando y la agregación de valor en la cadena agroindustrial. Estamos abiertos y atentos para fortalecer aún más un sector que es estratégico para la provincia y el país.

Su lista, además, lleva como candidato a Julián Domínguez, ministro del área.
Sí. Es muy interesante eso, porque muestra cuánto se valora el sector. La segunda en la lista es Cristina Álvarez Rodríguez, nuestra ministra de Infraestructura. Y el tercero, Mario Oporto, nuestro ministro de Educación. El campo y la producción, la infraestructura y la educación, tres prioridades, en puestos clave.

¿Qué expresa el voto adverso hacia el Frente  para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires o en Santa Fe?
En la Ciudad de Buenos Aires creo que hay una clase media muy exigente que va incorporando nuevas demandas. Puede explicarse por ese lado. En Santa Fe, hubo muchos votos de confianza a la expectativa que generó Miguel Del Sel.

¿Se sintió identificado con su buena elección? Hubo declaraciones suyas en ese sentido.
Somos amigos desde hace muchos años. Por más que esté en un espacio político distinto, le tengo mucho aprecio.

Usted leyó cierta subestimación en las interpretaciones que se hacían sobre los votos que había conseguido.
Sí. A mí todavía algunos me llaman “el motonauta”, despectivamente. Lo mismo pasó con “Camau” Espíndola, otro gran amigo. Decían algo parecido. Llegaron a decirme: “¿Cómo vas a hacer campaña por él?”. Va a ganar, les respondía. Y ganó. ¿Por qué? Porque tiene una manera distinta de llegar a la gente. Confió en él, le creyó, y está haciendo un gran trabajo. Viene del deporte, ¿no puede hacer política?

Nunca un gobernador bonaerense ha podido saltar a la presidencia. Supongo que a partir de 2012 empezará a pensar cómo revertir esa especie de mandato histórico casi inexpugnable.
Mire lo que pensaría la gente si yo, en vísperas de una interna para ser reelecto como gobernador, me pusiera a especular sobre 2015… Voy a hacer lo que hice siempre: trabajar, trabajar y trabajar. Todo llega, si tiene que llegar, como consecuencia del trabajo, como ahora ha llegado esta oportunidad de renovar mi mandato en la provincia de Buenos Aires. Lo que voy a hacer en estos años es lo que hice hasta aquí. Voy a trabajar codo a codo con la Presidenta, con nuestros respectivos gabinetes, buscando que la provincia esté cada día mejor y contribuya al desarrollo nacional. La provincia no puede ser un contrapeso del país, como fue en otros momentos; tiene que ser su motor productivo. En eso pienso yo.

¿Le entusiasma la idea de pelear por la presidencia en algún momento? Todo parece indicar que está entre sus objetivos.
Me entusiasma la posibilidad que puedan darme los bonaerenses de ser nuevamente gobernador y completar mi trabajo.

Una clave, de aquí a 2015, es qué va a pasar con el peronismo. Hoy aparece dividido, nominalmente, en tres espacios y tres candidaturas.
Estas elecciones van a dar referencias muy fuertes respecto de la elección de un candidato u otro.

¿Cree que puede haber un reencuentro de esos espacios o ya caminan por veredas diferentes?
Creo que es la Presidenta quien lleva adelante políticas con esencia justicialista. Hoy, la justicia social es la Asignación Universal por Hijo; la independencia económica es el desendeudamiento; y la soberanía política es el rumbo autónomo que se ha tomado, integrado a nuestros vecinos de la región. Estoy seguro de que cada vez se comprenden más decisiones que se han tomado hace algunos años. El tiempo les está dando la razón a Néstor Kirchner y a Cristina.

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Cuestión de fe
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Generó muchas controversias la publicidad que apareció, el domingo 7, en La Nación. Lo tenía a usted rezando y se titulaba “Creo en Dios”. ¿Qué lo motivó a que ésa sea una imagen de campaña?

Me gusta contarle a la gente con qué sentimiento, con qué motivación enfrento los nuevos desafíos; o qué es lo que pienso y qué es lo que dice mi corazón en momentos en que estoy decidiendo cosas importantes.

Usted dijo que buscaba “humanizar la campaña”. ¿Qué significado le da a eso?

Muchas veces la política se pone en términos de una lucha encarnizada y, en esa lucha, se descuidan valores que son muy caros a la gente, como la sensibilidad o el amor. Además, era el día de San Cayetano. 

Se ha dicho de todo un poco: que era un golpe bajo, que era una blasfemia, que era una estrategia de marketing, que era una actitud personalista.
Yo creo en Dios. Ésa es mi respuesta.

¿Vio los spots de campaña de Francisco de Narváez?

Vi algunos.

¿Qué le parecieron?

Cada uno lleva adelante su estrategia de campaña como puede y como quiere. Él eligió ese camino. No voy a ponerme a analizar su publicidad. No me corresponde. Lo que siempre dejo en claro es de qué manera me siento más cómodo para hacer llegar mi mensaje a la gente.

En los spots televisivos, de todos modos, usted clava algunos estiletazos. En uno de ellos señala que “una vez que estamos llegando al futuro no podemos cambiar por el pasado”. Parece claramente destinado a Eduardo Duhalde.

No me refiero a nadie en particular. Lo dije más en términos generales, por los riesgos que se corren cuando todo es, siempre, “volver a empezar”. La Argentina ha encontrado un camino y no hay que dar marcha atrás.

Se difundió otro que dice: “Hay que ser respetuosos de todas las ideas, ¿pero otra vez hicieron una Alianza?”.

Acá, sí, indefectiblemente, los destinatarios son Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez.
Nosotros tenemos un equipo previsible, con experiencia, que da certidumbre y confianza. Y eso, a la hora de la verdad, va a prevalecer y va a tener un reconocimiento en las urnas.

No me contestó la pregunta.

Lo que digo es que, por un lado, hay un trabajo de conjunto, un proyecto de muchos y, por el otro lado, actitudes individuales “en contra de”. En estos días, Hermes Binner fue a hablar con Hugo Moyano, y candidatos de la Coalición Cívica salieron a criticarlo. A mí me parece importante que un candidato a presidente pueda conversar con el secretario general de la CGT. O al revés, que él pueda, desde su responsabilidad institucional como representante de los trabajadores, hablar con los candidatos. Hay que dejar atrás todas estas situaciones que no le hacen bien a nadie.



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