domingo, 3 de abril de 2011

El intrincado rompecabezas radical complica la politica bipolar de Binner

Durante el proceso que llevo al Frente Progresista al gobierno en Santa Fe, le permitió al PS jugar políticamente a dos puntas entre la Nación y la Provincia. No fueron pocas las veces que en el Congreso Nacional se separaron las aguas entre el socialismo y los radicales a la hora de plantear definiciones de verdaderas políticas de Estado. Por esos años la alianza en la provincia le posibilito al PS plantear una política bipolar con la que pudo sortear las diferencias que provocaron las elecciones legislativas.  Hoy, ese juego de una alianza provincial y otra nacional con fuerzas políticas que exhiben extremas diferencias ideológicas y fuertes rechazos dirigenciales, lo coloca ante un crucigrama impensado al partido de Binner que no solo deberá resolver esta instancia con su socio mayoritario en Santa Fe,- la UCR,  sino primero superar la interna en su partido ya que una derrota en manos de Giustiniani seria letal para el futuro político del gobernador.

EL INTRINCADO ROMPECABEZAS QUE PLANTEA LA INTERNA RADICAL EN TORNO A LAS POSIBLES ALIANZAS PARA LAS PRESIDENCIALES COMPLICAN SERIAMENTE LA POLITICA BIPOLAR DE BINNER Y EL SOCIALISMO EN LA PROVINCIA

Aun cuando las encuestas plantean hipótesis diferentes tanto para Giustiniani como para Bonfatti, lo cierto es que el aparato del socialismo parece volcar los números para el senador nacional, de allí la presión de Binner para que sus posibles socios en una alianza nacional, llámese Solanas o Stolbirzer inclinen sus votos para el ministro de Gobierno. Le ha dicho Binner que una derrota de Bonfatti supone la imposibilidad de pensar en su nombre para un acuerdo de lo que llama Frente de Centro Izquierda, obligándolo a recluirse nuevamente en la provincia y pensar solamente en el Frente Progresista.

En este contexto, un triunfo del gobernador en las abiertas de mayo, tampoco le asegura resolver las distintas instancias que se plantean en la interna radical en torno a futuros acuerdos, frente o alianzas. Los tres sectores que conviven en la UCR tienen distintas preferencias, y los tres están lejos de Pino Solanas, del propio GEN, y a su vez estos están más lejos aun. A partir de este estado de situación todo parece inmerso en un gran interrogante que por lo menos hasta ahora se comenzará a definir en las elecciones internas



EL PAIS › LOS SECTORES DE RICARDO ALFONSIN, JULIO COBOS Y ERNESTO SANZ PREFIEREN DIFERENTES SOCIOS ELECTORALES

Por Sebastian Abrevaya. Pagina 12

La disputa amenaza con terminar fracturando al partido. Alfonsín prefiere mantenerse cerca del socialismo y el GEN. Sanz y Cobos no descartan buscar un perfil de centroderecha y acordar con el PRO o el peronismo disidente.

Cancelada la interna del 30 de abril por el abandono de Ernesto Sanz y proclamado Ricardo Alfonsín como candidato presidencial, la UCR se encamina ahora a una fuerte disputa en torno de la política de alianzas. El Movimiento de Renovación Nacional, que lidera Alfonsín, aspira a consolidar lo más pronto posible un “frente progresista” con el Partido Socialista y el GEN con el objetivo de ratificar su perfil del centro hacia la izquierda. Por otro lado, dirigentes del entorno del vicepresidente Julio Cobos, como el intendente Mario Meoni, hablan públicamente de buscar otros socios como el peronista disidente Francisco de Narváez o Mauricio Macri. “A lo mejor el radicalismo va con su grupo de centroizquierda y nosotros vamos con esos grupos de centroderecha”, advierte otro hombre del despacho de Cobos. El propio Sanz hizo un guiño en el mismo sentido, para juntar todo lo posible: “Estoy dispuesto a profundizar el diálogo con todos los dirigentes políticos de este país que creen que el cambio es necesario y voy a hacerlo sin condiciones previas y sin prejuicios”, aseguró Sanz.

El debate que hoy desvela a la UCR es la estrategia electoral. Saben que sus chances quedaron magulladas luego de la sorpresiva derrota en Catamarca y que el tercer puesto en Chubut los relegó del protagonismo que necesitaban para erigirse como alternativa nacional. En ese contexto, en el que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, parece encaminado a pelear por la presidencia y aliarse con un sector del PJ federal, los tres dirigentes radicales imaginan una estrategia diferente, que incluso amenaza con terminar fracturando al partido.

La estrategia del alfonsinismo es mantener su perfil de centroizquierda, contra lo que le dicen algunos consultores al oído de Ricardo. “Hacer un armado de centroderecha es regalarle todo el espacio del centro hacia la izquierda al kirchnerismo, lo que significa que indefectiblemente Cristina gana en primera vuelta”, sentencia uno de los operadores políticos más cercanos a Alfonsín. El Morena, la línea integrada por el senador Gerardo Morales, el chaqueño Angel Rozas, el diputado Ricardo Gil Lavedra, entre otros, considera que deben mantenerse junto al socialista Hermes Binner y la del GEN, Margarita Stolbizer, tratando de sumar a la Coalición Cívica de Elisa Carrió. “Si logramos instalarnos como alternativa al Gobierno, un sector del peronismo disidente que no está dispuesto a votar a Macri pero tampoco a Cristina va a terminar con nosotros”, agrega el cerebro alfonsinista.

El principal problema, dicen, es que necesitan salir lo antes posible a recorrer el país y los países limítrofes con la fórmula Alfonsín-Binner para instalarse desde ahora en el electorado independiente. Pero el gobernador de Santa Fe debe sortear primero la primaria del 22 de mayo en su provincia, en la que su delfín enfrentará al titular del PS, el senador Rubén Giustiniani. Si llegase a perder, Alfonsín tendría que buscar otra figura como compañero.

Los otros dos candidatos, en cambio, se manifestaron a favor de un acercamiento con otros espacios por fuera del eje PS-GEN-CC. Sanz se cuida de no nombrar específicamente al PRO o al peronismo disidente y utiliza una ambigüedad muy distante de la contundencia con la que critica al Gobierno. “Voy a hacer todo lo posible para que el sectarismo del Gobierno no nos contagie a los demás. Que el sectarismo sea sólo cosa de ellos y lo nuestro sea la apertura, las ganas de futuro, la firmeza democrática y la voluntad de llegar a acuerdos lo más amplios posibles”, aseguró ayer, mediante un comunicado.

Esta semana, el vicepresidente volvió a escena con un libro sobre educación y un mensaje que ya le trajo problemas con los sectores orgánicos de su partido: replicar el modelo del Frente Cívico mendocino, que incluyó a un sector del peronismo disidente. Los operadores del vice aseguran que lo va a plantear “cuando llegue el momento” para que sea discutido hacia adentro del partido. “Está todo bien con Ricardo, llegado el caso, si hay una estrategia clara que pinta que puede ganar, podríamos acompañarlo. Pero si no, nosotros vamos a morir en la nuestra, como lo hicimos con la idea de no ir a la interna”, amenazó un hombre que visita a diario el despacho del vice en el Senado.

Más allá de las estrategias de cada dirigente, la libertad que la ley de primarias abiertas le otorga a cualquier a afiliado radical para presentarse como candidato presidencial se acota enormemente a la hora de establecer los frentes con otros partidos políticos. En el caso de la UCR, es la Convención Nacional la que tiene la facultad para aprobar la política de alianzas elaborada por el Comité Nacional y luego llevarla a la Justicia Electoral.

Es decir que cada sector deberá pelear hacia adentro de la Convención para torcer la balanza en favor de una u otra estrategia. En el escenario actual, Alfonsín tiene una mayoría consolidada en ese órgano partidario, principalmente por su reciente alianza con su ex enemigo, Leopoldo Moreau. El camino que desanduvo Cobos respecto de su partido, el ConFe, y la falta de estructura propia por parte de Sanz, hacen complicado prever un escenario en el que terminen conformando una alianza con un partido propio. A fin de cuentas, la pelea interna está planteada

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