UNA OPERACIÓN QUE PROMETIO SER UNA EXPLOSION POLITICA, SE CAYO DE NUEVO A PEDACITOS
LUEGO DE LA CAIDA ESTREPITOSA DE DUHALDE, DAS NEVES Y EL PERIODISMO FEDERAL AHORA SE UTILIZA AL EX GOBERNADOR QUE NI SIQUIERA HABLO DEL TEMAS
Sin esperanzas de una fórmula opositora sólida para las presidenciales, a Magnetto le queda ganar algo de tiempo hablando a espaldas de Lole Reutemann. El ex corredor de F-1, después de haberse despedido de las elecciones de octubre, es objeto de una curiosa operación periodística: una fórmula junto a Mauricio Macri. Agobiado por su estado de salud, desorbitado por el fracaso estruendoso de Eduardo Duhalde y de Mario Das Neves, dos de sus delfines para este tránsito electoral, Héctor Magnetto evidencia falta de imaginación para armar algo con miras a octubre de 2011. Sin embargo, ya orienta a sus editores a tomar en cuenta la elección del próximo período. Con pluma obediente, el número uno de la redacción de Clarín, Ricardo Kirschbaum, formula sesudas preguntas en la editorial del domingo pasado. “¿Alguien se imagina a Cristina –se interroga el periodista entregándole el poder a otro peronista con la promesa de que le será devuelto mansamente en 2015? ¿Y alguno cree que el delegado que triunfe en 2011 no buscará su propio esquema de poder, tal como hizo Kirchner frente a Duhalde? Con ese panorama al frente, no hay razón objetiva para que Cristina no se postule a la reelección. Néstor Kirchner planeaba una sucesión ininterrumpida entre él y su esposa hasta 2020. Así, el proyecto de Cristina es intentar cumplir con el proyecto y usará todas las herramientas a mano para lograrlo.”
Apenas el cuco de la reelección indefinida. Ya no tienen mucho más. Tan o más burdo que los argumentos de la otra espada de Magnetto, Marcelo Bonelli, que apenas terminada la sanción por pegarle sin mucho éxito a un productor de TN, no hace otra cosa que preguntar si es chavismo o no es chavismo este decreto que pone a tono a los fondos de la Anses en las empresas privadas con los directores que sean proporcionales a las acciones que tiene el Fondo de Garantías Solidarias.
Sin esperanzas de una fórmula opositora sólida para las presidenciales, a Magnetto le queda ganar algo de tiempo hablando a espaldas de Lole Reutemann. En efecto, el ex corredor de Fórmula 1, después de haberse despedido de las elecciones de octubre públicamente, ahora es objeto de una curiosa operación periodística: una fórmula junto a Mauricio Macri. Pero hay dos grandes problemas: el primero es que Reutemann hasta ahora no habló del tema. Y el segundo es que ni siquiera Macri se bajó de la carrera presidencial. El viernes pasado, dos periodistas del monopolio fueron a entrevistar al jefe de gobierno porteño. Tenían un pedido editorial-empresario: que Macri defina, de una vez por todas, que no busca la reelección porteña. El alerta había llegado a la oficina de Magnetto por unos dichos de Jaime Durán Barba en un congreso de comunicación en Ecuador, la tierra del gurú de Macri. Para el asesor de imagen ya no hay margen de que Macri vaya por la Nación y, con las cifras que hay en la Ciudad , si no va él, el PRO puede quedarse sin el pan y sin la torta. Verbigracia: Durán Barba puede quedarse sin su cliente principal. Los periodistas de Clarín, en la nota que publicaron el domingo, mostraron que la insistencia no les sirvió de nada. Le preguntaron y repreguntaron si iría por la Ciudad o la Nación y Macri sólo esquivaba.
La tercera pregunta fue por la negativa: “Pero, ¿usted descarta ir por la reelección?”, y el único aspirante a candidato que todavía le queda a Magnetto se comportó como un obispo cuando le preguntan sobre el reino de los cielos. “Insisto –dijo Macri–, tengo una profunda vocación por liderar una propuesta nacional. Creo estar en mi mejor momento para hacer un aporte. No le demos más vuelta al tema.” En síntesis, Macri no se lanzó por Clarín a la presidencial y la tapa de Clarín tuvo que ir por otro lado. Como premio consuelo, los seguidores de Magnetto se contentaron con titular contra Ricardo Alfonsín. Macri se tiró contra el candidato radical de un modo que espanta a la clase media a la que aspira enganchar a su proyecto. Aunque parezca de un infantilismo completo, no tuvo mejor idea que dejarle servido al kirchnerismo un aliado que todavía no tenía. “Alfonsín se equivoca –sentenció el sesudo Macri–, está haciendo más kirchnerismo que Cristina.”
Para completar la falta de coordinación, Macri salió a desvirtuar la fórmula con Reutemann. Dijo que se habla de pases y que “van a venir a Boca Ronaldinho y Messi pero al final eso no ocurre”. Daría la impresión de que Magnetto está acostumbrado a tratar a los políticos como gerentes de su empresa y que con Macri se encuentra con alguien similar; es decir, alguien que no aspira a ocupar un cargo en el partido político de Clarín. Para empresarios, ya alcanza y sobra con él. Debería tomar nota Kirschbaum del problema que tiene su jefe. Es un buen tema para las editoriales del diario que dirige mientras Magnetto lo deja.
EL PRO Y LA PELEA CAPITAL. La llegada de Mario Vargas Llosa fue vivida por Macri como uno de sus momentos de gloria. Sin perjuicio de los ataques políticos al gobierno nacional, motivo central de la visita del escritor, Macri debería tomar nota de que Vargas Llosa es un ave de paso y toma la estación de Buenos Aires como una parada más de su viaje por el neoliberalismo preconciliar. Comenzó en el Sheraton con una reunión que por tres días se dedicará a fustigar al “populismo” latinoamericano. De la mano, claro está, de Carlos Cáceres, ex ministro de Economía de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y de Manuel Hinds, quien fuera ministro de Finanzas durante el período cruel de exterminio de opositores en El Salvador, durante el gobierno de Roberto D’Aubuisson y sus seguidores. Los PRO ni deben saber que Vargas escribió La fiesta del chivo precisamente para condenar a un emblemático dictador latinoamericano, el dominicano Rafael Trujillo, quien, hace 40, terminó sus días en una emboscada hecha por sus opositores. Vargas LLosa, desde la ficción, da una clase de lo que son los dictadores. Ahora, desde la realidad del Sheraton, prefiere codearse con dictadores y aborrecer a los populistas.
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