sábado, 2 de abril de 2011

La resurrecion de la Union Democratica

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En un documento que firman Macri, Carrio, Duhalde,  Alfonsín, Sanz, De Narváez y Felipe Sola, hablan del “deber de cuidar la democracia” y tratan de lograr un acuerdo, que integre a la cuota centrista del radicalismo y a la mas rancia derecha entre la que se incluye a dirigentes que en un determinado momento fueron peronistas.

EL GRUPÒ “A”, CON LA FUERTE PRESION DE CLARIN PRETENDE RESUCITAR LA UNION DEMOCRATICA A TRAVES DE UNA ALIANZA QUE AGLUTINE A LA CENTRO DERECHA

Por ahora el operativo no cuenta con el apoyo de sectores de centro izquierda, que aunque a veces se convierten en aliados parlamentarios, tienen su propio proyecto de aglutinar al GEN, el Socialismo y el partido de Pino Solanas en otra alianza que se convierta en alternativa de Cristina en una hipotética segunda vuelta. El problema es que el Socialismo lo quiere al radicalismo porque tiene su sociedad en el Frente Progresista de Santa Fe, y se le va a tornar complicada su política bipolar ya que por su parte Pino Solanas rechazo todo lo que sea radical y viceversa.

El dato es historia antigua en esta coyuntura de una oposición que intenta recrear frentes o acuerdos entre fuerzas políticas que aparecen en las antípodas ideológicamente.  Por ese motivo esas tres fuerzas no firmaron  el documento “El deber de cuidar la democracia” , que con el intento de reflotar la vieja Unidad Democrática del 45 y la no menos catastrófica Alianza que concluyo con el estallido del 2001, sellaron con su firma, casi todos los presidenciables de la derecha.
  
En su nota política de este sábado de Malvinas, Wemer Pertot en Pagina 12, refleja en gran medida la estrategia que se puso en marcha a partir del “Operativo Clarín” y del lamentable discurso de Macri anticipando la fecha de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.


“Comenzó el operativo para resucitar al Grupo A. Los candidatos a presidente del PRO, la UCR, el Peronismo Federal y la Coalición Cívica firmaron un documento que se titula “El deber de cuidar la democracia”, a raíz del conflicto sindical en el diario Clarín. Lo suscriben Mauricio Macri, Elisa Carrió, Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Francisco de Narváez y Felipe Solá, entre otros. La movida tiene como objetivo final lograr un acuerdo electoral entre estos espacios. Así lo advirtieron esta semana Macri y Duhalde. El primero los convocó “a un espacio de diálogo” y el segundo dijo que “no es imposible la unidad de la oposición”. En la UCR y la CC esa idea está más discutida. El vicepresidente Julio Cobos no fue de la partida. Tampoco estamparon sus firmas los referentes de Proyecto Sur, ni el socialismo, ni el GEN.

Poco antes de anunciar la fecha de las elecciones porteñas, Macri aprovechó la conferencia de prensa del martes para hacer una convocatoria a toda la oposición. “Es el peor momento de la democracia desde 1983”, sostuvo el jefe de Gobierno, pasándose por alto sin problemas los levantamientos carapintadas y la represión de diciembre de 2001. Al día siguiente, el líder de PRO aclaró que su objetivo de máxima era lograr que toda la oposición se uniera detrás de una candidatura (se entiende: la de él). El jueves, en un homenaje al difunto presidente Raúl Alfonsín, Duhalde se sumó a esta idea: “No es imposible que toda la oposición se una para enfrentar al Gobierno”, destacó el ex mandatario, flanqueado por Cobos y Ricardo Alfonsín, precandidatos del radicalismo.

Como informó Página/12, el primer paso de la estrategia PRO para unir a los distintos sectores de la oposición era conseguir que los distintos referentes presidenciales firmasen un documento “en defensa de la democracia”. Macri delegó la tarea de reunir voluntades en su jefe de bloque de Diputados, Federico Pinedo. El macrista tuvo un primer encuentro con Carrió el martes y, al día siguiente, después de la sesión de la Cámara baja, se juntó con los radicales Oscar Aguad y Ricardo Gil Lavedra, la diputada de la CC Patricia Bullrich y con el peronista disidente Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez. Ese día a la madrugada, Bullrich desechó el borrador de Pinedo y reescribió el documento. El jueves lo circularon entre los candidatos.

En el entorno de De Narváez, indicaron que la idea de firmar un texto conjunto viene de hace varios meses. Por supuesto –admitían en el bunker de Las Cañitas– el conflicto en Clarín aceleró los tiempos. Tras el episodio del domingo, los negociadores de cada sector estaban convencidos de que debían generar un hecho político en común. A partir de allí, surgen algunas diferencias: mientras algunos apuntan también a una alianza electoral, otros la rechazan. “No veo que eso sea algo que se esté gestando. No sé si se podrá gestar. Lo que advierto es otra cosa: el radicalismo no puede concentrarse en una alianza ideológica, porque hay un 60 por ciento de la población que quiere un cambio. Para liderar el cambio hay que superar las alianzas ideológicas”, recomendó Aguad ante este diario. “Creemos que la Argentina tiene que avanzar hacia una matriz democrática. Nuestro aporte es institucional. No lo sentimos como un acuerdo electoral”, advirtió Bullrich.

Luego de innumerables llamadas, el texto fue revisado por los distintos candidatos presidenciales que les pusieron el gancho a las diversas copias que circularon. El GEN, Proyecto Sur y el socialismo fueron invitados a firmar el documento, pero declinaron el convite para no volver a quedar pegados al Grupo A (ver aparte). En el entorno de Cobos, en tanto, indicaron que estaba de acuerdo con el texto, pero que le resultó “obvio su contenido y no necesita refrendar con una firma principios que él defiende cada día como vicepresidente”.

Además de los presidenciables, el documento lo firmaron Pinedo, Bullrich, Aguad, Alfonso Prat Gay, Silvana Giúdici, Angel Rozas, Ricardo Gil Lavedra y Gerardo Morales. El texto dice que los firmantes se imponen “como deber cuidar la democracia”. “La libertad de expresión, la independencia del Poder Judicial y el efectivo cumplimiento de sus fallos se nos impone por encima de nuestros programas de gobierno, de nuestras coincidencias y de nuestras disidencias. Forma parte de un acuerdo pétreo, inamovible que debe respetarse, gobierne quien gobierne la República”, dice el texto, en forma algo ampulosa. Este párrafo sería el germen de un “acuerdo de gobernabilidad” entre los distintos sectores que lo firman, que tendría ejes menos abstractos.

“La democracia argentina debe ser cuidada y protegida de acciones de intolerancia, de persecuciones, de señalamientos, escraches o cualquier intento de discrecionalidad en el uso de los recursos que el mismo Estado posee. Los límites del Estado los define la Constitución, no el poder gobernante”, sostienen los candidatos a presidente.

“Debemos unir fuerzas diversas en un único eje: no aceptar en silencio la persecución, el uso indiscriminado del poder o la utilización de organismos del Estado utilizados fuera de su finalidad. Los medios de comunicación, las empresas, los trabajadores, las consultoras privadas que miden la inflación o cualquier ciudadano no deben ser penalizados por sus ideas o por el desarrollo de actividades lícitas que el gobierno considera inconvenientes para sus intereses”, remarcaron. “Cuidar la democracia es el imperativo de esta hora y lo vamos a hacer”, concluye el texto

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