viernes, 20 de mayo de 2011

DENUNCIAS DE BIELSA SOBRE LA BOLETA UNICA

BIELSA SOSTUVO QUE LOS RECURSOS UTILIZADOS POR HERMES BINNER PARA HACER CONOCER A SU DELFIN, ANTONIO BONFATTI, FUERON  INFINITAMENTE SUPÈRIORES A LOS QUE SE DESTINARON PARA HACER CONOCER EL NUEVO SISTEMA DE BOLETA UNICA

EL EX CANCILLER ACLARO QUE NO HABLABA DE FRAUDE SINO DE CRITICAS A COMO SE IMPLEMENTO EL SISTEMA ELECTORAL Y DE LA FORMA EN QUE SE VOLCARON RECURSOS PARA PROMOCIONAR A BONFATTI, “ILUSTRE DESCONOCIDO CUANDO EL GOBERNADOR LO DESIGNO COMO POSIBLE SUCESOR.

BIELSA REALIZO ESTAS DECLARACIONES POR EL PROGRAMA POLITICO DE CN5 DE BUENOS AIRES Y SE MOSTRO CONTRARIADO POR LAS POCAS EXIGENCIAS DE OBLIGATORIEDAD DE EMISION DEL VOTO LO QUE CONSIDERO COMO UNA FUERTE APUESTA DEL GOBIERNO PARA QUE DISMINUYA EL NUMERO DE VOTANTES Y PUEDAN TRIUNFAR LOS APARATOS, EN PARTICULAR EL OFICIALISMO.

EL EX CANDILLER REALIZO AYER DECLARACIONES AL DIARIO LA CAPITAL DE ROSARIO, HACIENDO HINCAPIE EN EL DEBATE EDIFICANTE QUE SE HABIA DADO EN LA INTERNA DEL PJ EN CONTRAPOSICION A LA VIRULENCIA ENTRE RADICALES Y SOCIALISTAS EN EL FRENTE PROGRESISTA.

  
Reportaje: Jorge Kaplan.  La Capital          Rafael Bielsa, al cierre de la campaña electoral, destacó el debate de los cuatro candidatos a gobernador del PJ, al cual calificó de "edificante". También resaltó la aceptación que nota en toda la provincia del modelo kirchnerista, planteó la necesidad de un gobierno provincial más comprometido con la producción, a la cual debe direccionar estratégicamente. En ese sentido, describió a la gestión de Hermes Binner como "anodina", y la acusó de tener "una mirada parroquial de la provincia", cuando Santa Fe tiene "todo para ser extraordinariamente importante y darle una gran ayuda al proyecto nacional".
— ¿Qué balance hace de la campaña interna del PJ, que fue muy tranquila?
—En 2007 la primaria con Agustín (Rossi) fue sumamente edificante, muy parecida a esta, muy propositiva, de diagnóstico de problemas. Lo que pasa es que la gente tiene una memoria fotográfica para el escándalo y una tendencia al olvido para lo edificante. Hubo un esfuerzo de conceptualizar los problemas, sistematizarlos y compactar números con solución. En 2007, todavía teníamos muy cerca la Argentina de los cinco presidentes. No había mucho oído. Hay momentos que hay oído para "Color esperanza" y en otros para una música más elaborada.
— ¿El tiempo actual?
—Sí, creo es el caso de ahora. La ciudadanía tiene el oído más preparado. Nosotros hablábamos en aquel momento de llevar una sede administrativa del gobierno provincial a la estancia Las Gamas, que tenía dos mensajes: acercarnos al norte y también en ese lugar íbamos a hacer un lugar de alta tecnología de genética bovina. Yo decía eso y la gente parecía que le hablabas de la Guerra de las Galaxias. Y hoy paquete tecnológico y desarrollo del negocio agroindustrial no se pueden separar. O por ejemplo de infraestructura para alentar a la producción: el complejo portuario fluvial-marítimo de la ciudad de Santa Fe, en aquel momento parecía que no era indispensable, pero ahora con los 14 kilómetros de cola (de camiones) en Puerto San Martín se ve de otra manera.
— ¿Cómo vio a la provincia en su relación con el kirchnerismo, que hace dos años era mala palabra y hoy tres de los cuatro candidatos del PJ adhieren, en distinto grado, al modelo nacional?
—Creo que hay tres registros para pensar. El primero es que las heridas más graves se las inflingieron los dirigentes y no la gente. Entre la gente el diálogo típico en Arequito, capital nacional de la soja, en Los Molinos, etc. es "¿señora, a quién vota?", "a Cristina, y a ese —su marido— no le pregunte, pero también la vota". El segundo registro es que benefició a la sociedad arriba y abajo. Arriba por lo que hemos hecho con la matriz productiva, la hemos trabajado de una manera muy inteligente y hay una prosperidad indudable. Todo el boom inmobiliario en Rosario se explica como una inversión en ladrillos posterior a la primera inversión. El productor de verdad, aquel que trabaja 100, 200 hectáreas, primero gasta en los insumos básicos, después en capital de trabajo, después los utilitarios y después el departamento en la ciudad grande, y ahora un fenómeno bastante extendido que es la compra de departamentos cerca de los Shopping de Buenos Aires. Ahí arriba hay plata. Y abajo, en los sectores más postergados, con medidas tales como la incorporación del haber previsional a quienes no tenían condiciones de aportes, la asignación universal desde el tercer mes de embarazo, no voy a decir que la cosa cambió cualitativamente, pero para llegar a los productos de las góndolas hubo un respiro. Eso genera un clima mucho mejor en la relación entre las grandes mayorías y el gobierno. Y el tercer tema es que la Argentina pueda pensarse en término de políticas de Estado, que pueda formular un plan estratégico de obra pública 2011-2016, que en Rosario el Ministerio de Industria haya podido anunciar el "plan industrial 2020" es algo que yo no recuerdo. Macroeconómicamente estamos consolidados y sectorialmente tenemos espalda para involucrar a los actores. Es un micro pacto social.
—¿Qué visión tiene de la gestión del socialismo?
—Es una gestión anodina. Si la propaganda después de cuatro años de gestión es "estamos cavando los cimientos de una nueva provincia", el día que lleguen a la cocina comedor, se murieron todos de hambre. No vivimos en mundo como podía ser 1850, sino en uno donde un celular, el fierro cambia cada seis meses y el software cada 15 minutos. No está mal, como antecedente, ser primero intendente y después gobernador, lo que está mal es seguir siendo intendente cuando lo eligieron para gobernar un Estado provincial. Faltó ese registro de lo que significa el paso del tiempo. Por ejemplo, en la apertura de sesiones ordinarias decirle —como Binner— a la Asamblea Legislativa que "los cuatro años que pasé como gobernador fueron los más felices de mi vida". La política no es para ser feliz. Mientras haya 250 mil rosarinos y 150 mil santafesinos viviendo en un estado posfeudal, o con 20 homicidios por cada 100 mil habitantes en Santa Fe, cuando la media nacional son cuatro.

—¿Cuáles son los aspectos que más le preocupan?

—Destaco tres como muy graves: el primero es la ausencia total de una inclinación productiva. Tienen una mirada que recae en los servicios. Eso es Rosario, cuya economía se explica en un 65 por ciento por la producción de servicios, que son el sector más vulnerable de la economía: al primer resquemor, la gente se retira de los servicios. El único puerto del cual habló Binner es uno de servicios que es el Puerto de la Música. Ahí hay que virar esa mirada porque el PBG santafesino tendría que estar explicado en un 65 por ciento en producción de bienes y un 35 ó 40 por ciento de servicios, es decir al revés. La segundo que creo que es muy grave es el amateurismo en materia de seguridad, ni siquiera digo ideología porque yo las respeto mucho. Ahí el gobernador se corrió de la escena del crimen, ha elegido no hacerse cargo de la policía de la provincia. Y el tercer grave problema es una obra pública errática, que no responde al concepto de estar vinculada con el proceso productivo. Hay una mirada parroquial sobre la provincia, y Santa Fe tiene todo para ser extraordinariamente importante y para darle una gran ayuda al proyecto nacional.


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