domingo, 19 de junio de 2011

EL CONTRATO DIRECTO DEL INTENDENTE DE ROSARIO CON LAS MADRES DE PLAZA DE MAYO PARA CONSTRUIR 500 VIVIENDAS CON FONDOS TRANSFERIDOS DEL ESTADO NACIONAL


EL CASO TESTIGO DE ROSARIO DEMUESTRA COMO SE TRANSFIEREN LOS FONDOS DEL ESTADO NACIONAL PARA LAS OBRAS, EN ESTE CASO PARA LA CONSTRUCCION DE VIVIENDAS DEL PROYECTO “SUEÑOS COMPARTIDOS” CON LA COMUNIDAD TOBA

EL PROYECTO DE CONSTRUCCION DE VIVIENDAS SOCIALES, FIRMADO DURANTE EL ACTUAL MANDATO DE MIGUEL LIFSCHITZ PARA EL BARRIO TRAVESIA DE LA COMUNIDAD TOBA ES UN CASO TESTIGO DE LOS PROYECTOS QUE IMPULSAN INTENDENCIAS Y GOBERNACIONES A TRAVES DE LA ORGANIZACIÓN QUE CONDUCE HEBE DE BONAFINI

EN ESTE EJEMPLO SE PUEDE ADVERTIR A TRAVES DE LA DOCUMENTACION CORRESPONDIENTE, DESDE EL ORIGEN DEL PLAN DE CONSTRUCCION DE VIVIENDAS, LA CONTRATACION DIRECTA DE LA MISMA, LOS CONVENIOS Y COMPROMISOS QUE SE FIRMAN ENTRE LAS DISTINTAS PARTES QUE PARTICIPAN DEL PROYECTO Y LOS CONTROLES QUE SE ESTIPULAN.


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Cómo es el contrato directo entre el intendente Lifschitz y las Madres
Por Gustavo Cirelli- Tiempo Argentino

La construcción de 500 viviendas sociales en el Barrio Travesía, por un monto de 104 millones de pesos, es un caso testigo de cómo se transfieren los fondos del Estado Nacional a los municipios para las obras. Qué dice el convenio.
  La experiencia de la construcción de viviendas sociales por parte de la misión Sueños Compartidos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo en el Barrio Travesía, de la comunidad toba, en la ciudad de Rosario durante el actual mandato del intendente socialista Miguel Lifschitz, es un caso testigo. Permite describir con claridad el sistema de asignaciones para proyectos de estas características que impulsan municipios y gobernaciones a través de la labor que llevó –y lleva– adelante la organización que conduce Hebe de Bonafini. Mucho se dijo y se escribió con respecto a la metodología aplicada desde los distintos niveles del Estado sobre el financiamiento de la obras. Tiempo Argentino accedió a la documentación en la que se detalla, paso a paso, desde el origen de un plan de construcción de viviendas, la contratación directa de la misma, los convenios y compromisos que se firman entre las distintas partes que participan del proyecto y los controles que se estipulan.
El escándalo abierto, en principio, por los sospechosos manejos financieros y el exorbitante nivel de vida del ex apoderado de la Fundación Sergio Schoklender, –al que la propia Hebe calificó de “traidor” y denunció ante la justicia– no sólo les permitió a las distintas expresiones de la reacción y el poder concentrado intentar horadar el prestigio y la lucha de años de una de las organizaciones defensoras de Derechos Humanos del planeta, sino que también les posibilitó desviar la atención sobre el fin mismo de las obras. Es indudable el daño que propinó Schoklender a Hebe y a las Madres, como también a una “misión” que enaltece la lucha de una organización que llevó su acción histórica de resistencia y denuncia contra el terrorismo de Estado genocida a la práctica actual de expresar su compromiso por los Derechos Humanos, brindando la posibilidad de trabajo y vivienda digna para los sectores populares que padecieron por años la indiferencia y el destrato del sistema. El caso Schoklender está en manos de la justicia pero las obras siguen y seguirán en pie. Como las del rosarino Barrio Travesía.

EL ORIGEN. El 24 de junio de 2009, Concejo Municipal de Rosario mediante la Ordenanza 8429, en la que se hace referencia a la primera etapa al “Plan de detalle Barrio Travesía”, se aprueba el proyecto de la construcción de viviendas, y en la misma se establece que les  será otorgado a las Madres en una contratación directa, como se hace en las distintas ciudades donde la Fundación desarrolla su labor. También se establece la fuente de financiamiento del proyecto. La ordenanza, aprobada por el Concejo, lleva la firma de su presidente Miguel Zamarini y de la secretaria general parlamentaria Sonia Colacelli. Las páginas también llevan la rúbrica de la directora general del Servicio Público de la Vivienda, María Inés Capón. En los considerandos del documento se lee: “La existencia en la ciudad de un asentamiento irregular donde reside en su mayoría población perteneciente a la comunidad toba.” Y resalta el pedido: “la Asociación Civil quom Alma Na Alba solicitando la intervención de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, para llevar adelante un proyecto de urbanización integral del sector, que incluya la construcción de viviendas, espacio público y equipamiento institucional para el barrio, en el marco del proyecto denominado misión Sueños Compartidos.” El plan completo comprende la construcción de 500 viviendas, a desarrollarse en dos etapas. En la primera, son 256 más una escuela, un centro de salud, un destacamento policial, equipamiento deportivo y un salón de usos múltiples. El nivel de detalle permite apreciar el trabajo integral que realizan las Madres.
En el capítulo 2, que especifica la “modalidad de contratación” se detalla, (artículo 2): “Se autoriza al Departamento Ejecutivo Municipal la contratación directa de la Fundación Madres de Plaza de Mayo para la ejecución de la totalidad de las obras que demande la urbanización del Barrio Travesía.” En los artículos siguientes se consigna que la ejecución de la mencionada obra se llevará a cabo en el marco del proyecto Sueños Compartidos, a través de un financiamiento no reintegrable del Ministerio de Planificación Federal de la Nación, y la Secretaría y la Subsecretaría de Obras Públicas. Además se explicita que el contrato de obra pública es entre la Fundación de Madres y el municipio rosarino.
EL ACUERDO. Un día después, el 30 de junio de 2009, el intendente Lifschitz le envía una nota al subsecretario de Obras Públicas nacional, Abel Fatala en la que le informa que el Concejo Deliberante el plan de construcción de viviendas con las Madres. Seis meses más tarde, el 29 de enero de 2010, el alcalde socialista vuelve a comunicarse a través de un escrito con el subsecretario Fatala solicitando la firma del convenio para el financiamiento de la obra, que demandará una inversión de 104.276.987,22 pesos. El convenio es firmado por Lifschitz y Fatala el 15 de marzo de 2010. En la cláusula cuarta se establece que la subsecretaría de Obras Públicas de la Nación “efectuará un anticipo financiero de hasta el 15%” del monto total. Y se aclara que “los restantes desembolsos se efectuarán en etapas contra la presentación por parte del municipio (…), del certificado de obra que acredite la efectiva ejecución y medición de la obra”. Y se señala que cada certificado deberá estar acompañado “de la correspondiente rendición de cuentas del monto transferido con el certificado anterior”. Entre otros aspectos también se destaca que “de no darse cumplimiento en tiempo y forma al proceso de rendición de cuentas asumido (…) los montos referidos y no rendidos deberán ser reintegrados al Estado nacional”.
La letra fría de ese convenio modelo ejemplifica cuál es el sistema de participación de Madres, municipios y Estado Nacional en la realización de los proyectos asumidos por los distintas ciudades y la Fundación. Así, por ejemplo, se aclara en la cláusula octava del acuerdo sellado entre Lifschitz y Fatala que “el municipio tendrá a su cargo todas las tareas inherentes a la administración y ejecución de la obra, siendo el responsable exclusivo de todos los efectos resultantes de esas tareas”. Al convenio lo acompaña un anexo con el “reglamento general para la rendición de cuentas de presupuestos transferidos a provincias, municipios y/u otros entes.”
En los últimos días, al calor del infierno que desató Schoklender, el concejal radical Jorge Boasso y la peronista federal Alejandra Vucasovich, cada uno por su lado, pidieron informes sobre la operatoria entre la intendencia y la Madres. Entre otros reclamos, quieren leer el detalle de convenio que se firmó hace, algo más, de 15 meses. Entonces, no era un año electoral. Ahora sí. Suena a oportunismo porque con o sin escándalo canallesco de por medio, los funcionarios deben ejercer el control de fondos públicos.
Lo concreto hoy es que el proyecto de las Madres en el Barrio Travesía continúa y la comunidad toba participa de las obras.<

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