domingo, 19 de junio de 2011

EL GRAN ENIGMA DEL VICE. COMIENZAN LOS NOMBRES. LOS DESCARTES. LOS QUE MAS SUENAN... A LO MEJOR TERMINA CONSULTANDOLO A BELGRANO EN LAS BARRANCAS DEL PARANA....

DE RIO GALLEGOS A ROSARIO EN EL PRIMER DIA DEL PADRE SIN SU ESPOSO CRISTINA DEFINE LAS DECISIONES MAS TRASCENDENTES PARA EL PROYECTO QUE SE INICIO EN EL 2003


DESCONTADO QUE COMPETIRA POR LA REELECCION A PESAR DE TODOS LOS INTENTOS Y MANIOBRAS DE LA CORPORACION MEDIATICA PARA HACERLA DESISTIR, LA PRESIDENTA ELIGE COMPAÑERO DE FORMULA



Informe de Tiempo Argentino  La presidenta viajó a Río Gallegos para pasar uno de los fines de semana más importante del año, al menos para el kirchnerismo. En estas horas, además de buscar la compañía de sus hijos para pasar el primer Día del Padre sin su esposo, Cristina tomará las decisiones más trascendentes para el proyecto que comenzó el 25 de mayo de 2003: definirá quién la acompañará en la fórmula presidencial.

También elegirá los nombres de las listas de diputados y senadores nacionales de los principales distritos, sobre todo la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires. En la tarea, de la que estarán pendientes todos los dirigentes de peso de la coalición Frente para la Victoria-PJ, la acompañarán apenas unos pocos colaboradores de confianza.

En la lista de posibles compañeros de fórmula aparecen figuras tan variadas como el ministro de Economía, Amado Boudou; el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; el secretario de Medios y Comunicación, Juan Manuel Abal Medina; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga; el ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni; el ex canciller Jorge Taiana y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Algunos de los recién mencionados viajaron también a Santa Cruz para acompañar a Cristina en las horas decisivas. Como suele ser en estos casos, el privilegio de estar en la provincia natal de Néstor Kirchner en el fin de semana clave –allí se están definiendo las candidaturas más importantes del FPV– debe ser leído como una demostración de poder.
En el oficialismo circula un rumor generalizado que da como un hecho la postulación de Cristina. Incluso, se habla del Teatro Argentino de La Plata, escenario clásico para los lanzamientos de candidaturas, y del martes 21 de junio como la fecha indicada para la presentación de la fórmula. En el análisis que circula en la Casa Rosada también se descarta que la mandataria, asumida como “la gran electora” de este turno presidencial, elegirá a un compañero de fórmula de extrema confianza, que le garantice lealtad, capacidad de conducción y perspectivas de continuidad hacia el futuro. <

EL GRAN ENIGMA DEL VICE

Por Eduardo Blaustein . Miradas al Sur.  Circularon muchos nombres, casi como los de los seleccionados por Batista a la Selección. Los que más suenan. Los más cercanos a Cristina. Los descartes posibles. Mientras la Presidenta y quienes sean que conozcan el secreto (si es que pasan de uno o dos, si es que llega a uno) se guardan el nombre del vice, la muchachada kirchnerista de las primeras, segundas y sucesivas líneas se divierte en bares y oficinas jugando apuestas. Es una actitud más bien lúdica, que no pretende replicar lo que hacen los periodistas deportivos cada vez que se abre el libro de pases: hacer malabares con hasta treinta nombres para al final decir “Qué te dije”. De un año atrás a hoy los medios jugaron con una lista tan numerosa de vicepresidenciables como la de nombres que manejaron los últimos DT del seleccionado argentino. La cosa últimamente parece más previsible, como quien asegura a Messi y Mascherano, sin ánimo de comparar.
Hace mucho, mucho tiempo, se apuntaba para el lado de los gobernadores: Daniel Scioli, José Luis Gioja, Sergio Urribarri, Jorge Capitanich y siguen las firmas. La derecha mediática se divirtió un rato largo con que “la presión de Moyano” lo llevaría a él mismo a la vicepresidencia o, como mínimo, a Héctor Recalde, que se aburrió de hacer fintas para escapar del acoso titulero. Se dijo que por qué no Martín Sabbatella. Se amagó con que si Alicia Kirchner, pero se dijo: “¿Pero dos mujeres?”. Avanzados los tiempos de las juventudes movilizadas o incorporadas al proyecto, más cierta oxigenación en la interna de poder, se habló de Juan Manuel Abal Medina. Y ahí la cosa se pone curiosa. Porque la derecha no deja de hablar de lo impresentables que son ya sea los sindicalistas como los así mentados “barones del conurbano”. Pero cuando la bocha viene por otro lado, en ese caso los que denominan "kirchneristas puros", esos tipos que a veces no son más que antiguos frepasistas herbívoros pasan a convertirse (para La Nación, por ejemplo, en una percepción entre paranoica y errada) en gente aún más peligrosa, con un vaya a saber qué de antiguo montonerismo acechante.
Pero sigue sonando Abal Medina. Y suena mucho Julián Domínguez, ministro de Agricultura. Y lo mismo sucede –para muchos es un pálpito y un deseo– con el Chino Carlos Zannini, que tras el fallecimiento de Néstor Kirchner pasó de la mesa chica recontracerrada a un trato abierto y simpaticón con medio mundo. No es lo que se dice alto perfil, pero dejó de ser invisibilidad, cosa que se agradece.
Nadie de los hasta aquí mencionados es “nombre instalado” en términos de conocimiento masivo ni agrega votos. No parece que ésa sea la preocupación presidencial y sí esa definición por la (tristísima) negativa que tiró Aníbal Fernández: que el vice sea cualquiera, por dios, pero que no sea un traidor. Y más, habrá que agregar, siendo que con el segundo mandato Cristina y el kirchnerismo dirimen nada menos que la sucesión.
Lo que vuelve es la pregunta que rutinariamente se plantea, ya algo cansina, cada vez que se discute qué le aporta un vicepresidente a la fórmula, para qué sirve un vicepresidente, a qué se dedica. Dada la centralidad de la figura de Cristina y el asunto, problemático, de la sucesión, en este caso la pregunta es más importante. A la hora de manejarse por descartes, pasados los meses resulta más sencillo afirmar que la posibilidad del vice sindical no fue más que una operación mediática insidiosa para poder pegar. No sólo por las señales públicas dadas por Cristina, sino porque si se supone que el segundo de la fórmula presidencial sirve para enriquecer, complementar, interpelar a la diversidad social y como mínimo evitar ruidos, el compañero Moyano no tenía mucho que hacer ahí.
Desde esa misma búsqueda –enriquecer, interpelar, crecer simbólicamente con una figura atractiva– el nombre propio de Abal Medina se supone que implicaría, además de confianzas políticas, una apelación a ese kirchnerismo blanco, civilizado, progre, quizás hacia una mayor calidad institucional. Pero siempre, inevitablemente, “versus” la instalación mediática gataflórica: un imberbe de doble apellido amenazante, un kirchnerista en el que el adjetivo puro viraría a sectario.
¿Carlos Zannini? Sí, de nuevo, de absoluta confianza de la Presidenta, hiperactivo en los últimos armados políticos y en el seguimiento de las leyes, respetado y querido en círculos del Gobierno y de la militancia. ¿Puede Cristina sacrificar la utilidad y el trabajo cotidiano de Zannini en su actual lugar para ponerlo a ordenar el uso del micrófono en las sesiones del Senado?
Lo de Julián Domínguez es interesante. Su nombre terminó de consolidarse tras el acto de lanzamiento de la Canpo (Corriente Agraria Nacional y Popular) en el Luna Park. Sonó también como aspirante a un puesto de primer orden en la provincia de Buenos Aires. Pero lo llamativo de Domínguez es que de algún modo, en su área de acción, sintetiza méritos de la remontada kirchnerista post 125. Porque hasta la 125 más que política agropecuaria hubo una suerte de piloto automático sojero. Porque comenzó a haber una acción más fina y una apuesta a lo estratégico a partir de su gestión. Porque parte de lo que se hizo permitió un relacionamiento mejor con ciertos actores agropecuarios y hasta una construcción política en el sector. Algo similar es lo que explica el ascenso de Agustín Rossi en Santa Fe, una provincia en la que al kirchnerismo le había ido muy mal en las elecciones.
Siempre pretendiendo desentrañar señales acerca de quién será el vice, un antecedente a tener en cuenta es la decisión final que tomó Cristina a la hora de elegir la fórmula de los candidatos de Capital, más allá de que el escenario actual pinta espinoso. Apostó por el dueto que en un distrito arisco al kirchnerismo mejor pudiera sintonizar con la sociedad. De allí que parezca difícil que el vice sea un sindicalista o un gobernador con perfil conservador popular y/o eventual imagen clientelista. O un Gioja relacionado con un tema conflictivo, como el de la minería.

Otra pista, también derivada de las decisiones de Cristina, Zannini y Abal Medina: el cierre con el sabbatellismo en provincia. En el distrito que los medios del establishment caracterizan como el de las peores oscuridades peronchas, tres progres, gente buena no sólo que de clase media, sino de trayectoria valiosa, tendrían su lugar asegurado: el ex fiscal general Hugo Cañón, Carlos Raimundi (que tuvo un rol destacado en el debate sobre la ley de Medios en el Congreso) y el diputado Ariel Basteiro. La lista podría completarsecon Facundo Moyano y demás kirchneristas confiables con mandato a vencer o a integrarse al nuevo Congreso.
 
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